Nadie quiere a Anfernee Simons

Los Boston Celtics han puesto al exterior en el mercado, pero su elevado salario de 27 millones de dólares dificulta encontrar un equipo dispuesto a asumirlo

Nadie quiere a Anfernee Simons
Anfernee Simons defendiendo a su nuevo compañero Jaylen Brown. - Cordon Press

Anfernee Simons se ha convertido en uno de los jugadores más difíciles de mover en la NBA este verano. Tras su llegada a Boston como parte del intercambio que llevó a Jrue Holiday a los Blazers, parecía que el equipo podía contar con un joven talento prometedor. Sin embargo, los 27,6 millones de dólares que percibirá la próxima temporada han hecho que su salida sea más complicada de lo esperado.

Los Celtics ya comenzaron su ola de recortes salariales con las salidas de Holiday y Kristaps Porzingis. Simons, a pesar de ser uno de los exteriores más talentosos que se unieron al equipo este verano, se ha convertido en un obstáculo para equilibrar las finanzas de la franquicia. El de Florida promedió con los Blazers 19,3 puntos, 2,7 rebotes y 4,8 asistencias por partido la pasada temporada.

Jay King, de The Athletic, apunta que cualquier equipo interesado probablemente esperará que Boston incluya una selección del Draft para asumir su contrato, lo que complica aún más la operación. La combinación de talento ofensivo y salarios elevados crea un escenario complicado que pocos equipos quieren asumir, sobre todo en un mercado ya saturado de jóvenes promesas y veteranos con contratos más manejables.

Mercado débil y futuro incierto

Actualmente, la pregunta no es cuánto podrían ganar los Celtics con el traspaso de Simons, sino cuánto tendrían que ceder para moverlo. Hasta ahora, ningún equipo ha mostrado un interés claro, dejando al jugador en una situación incierta. Su elevado salario y los despistes defensivos que ha mostrado dificultan que encaje en las plantillas que buscan reforzarse sin comprometer su margen financiero.

Aunque la intención de los Celtics es liberar espacio salarial, Simons todavía tiene potencial para revalorizarse si se mantiene activo y tiene buenos minutos en la cancha. El estadounidense está en el último año de su contrato, lo que lo convierte en un expiring contract atractivo en teoría, aunque en la práctica su mercado sigue débil. Algunos analistas incluso señalan que si Simons logra mejorar su consistencia defensiva, podría volver a generar interés en noviembre, cuando los equipos empiezan a reorganizar sus plantillas tras el inicio de la temporada.

Desde su llegada, la opción de traspaso ha estado sobre la mesa, pero la falta de postores serios mantiene al exterior en una situación delicada. Su talento ofensivo destaca, pero la combinación de su elevado sueldo y las dudas defensivas lo convierten en una apuesta arriesgada para cualquier franquicia interesada. Por ahora, Boston seguirá evaluando posibles intercambios, con la prioridad de aliviar la carga salarial y abrir margen para futuros movimientos estratégicos, mientras esperan que el mercado pueda ofrecer alguna sorpresa antes del cierre de temporada.