Stephen Curry se suma a la rebelión
La leyenda de los Warriors se guardó lo mejor de su repertorio para un último cuarto en el que noqueó a los Rockets para meter a los suyos en semifinales del Oeste

Es lo que tienen estas auténticas leyendas de la NBA (y del baloncesto en general). Stephen Curry llevaba un par de partidos apagado, e incluso anoche, en el inicio del Game 7 en cancha de Houston Rockets, se le vio errático y hasta cierto punto desesperado. Sin embargo, ello no evitó que sus compañeros iniciasen una rebelión que la estrella de los Warriors terminaría haciendo suya con un último cuarto de locura que llevó a los de San Francisco al triunfo por 89-103, clasificándose así para unas semifinales de la Conferencia Oeste en la que ya esperan los Minnesota Timberwolves.
¿Es Curry infinito? No, pero justo por ello hay que retener en la memoria momentos mágicos como el de esta pasada madrugada. Lejos de dejar que la frustración se apoderase de él, el base de los californianos se alimentó de sus compañeros para lograr hasta 14 de sus 22 puntos totales en el último cuarto del choque, el cual terminaron ganando por 27-33. Fueron momentos de MVP, momentos en los que Don Stephen nos recordó por qué es considerado uno de los grandes transformadores del baloncesto. Por cierto, a su anotación hay que añadir hasta 10 rebotes y 7 asistencias.
"Creo que fue una de las defensas más duras a las que me he enfrentado. El nivel físico que se permitió al principio de la serie y el compromiso que tenían ellos con intentar romper todos los patrones que normalmente nos impulsan, fue duro. Además, a veces me marcaban ya desde media cancha. Fue una locura... Pero mantener la paciencia y seguir siendo agresivos marcó la diferencia. Esta noche solo anoté tres puntos con cinco tiros en la primera mitad, pero he estado intentando hacer la jugada correcta y suavizar el juego para que, con el tiempo, tener la opción de hacerme notar anotando. Todo lo demás se centró en intentar hacer jugadas ganadoras", expresa el base.
Lo cierto es que cuando hablamos de rebelión lo hacemos de dos nombres propios: Draymond Green y Buddy Hield. El primero de ellos inició el choque asumiendo la responsabilidad anotadora como hacía mucho que no se veía. El segundo, lejos de su discreta actuación de anteriores partidos, clavó hasta nueve triples para irse hasta los 33 puntos. Sí, fueron ellos los que dieron oxígeno a Curry para que este rematase a los Rockets.
Ahora, Minnesota
Si a Curry le ha parecido que Houston jugaba muy físico, sin duda los Minnesota Timberwolves no van a quedarse atrás. Los chicos de Chris Finch ya demostraron contra los Lakers que pueden convertir los partidos en una batalla atlética y justo eso es lo que le espera también a Warriors. ¿Podrán sobrevivir a ello?