El Betis fue superior al Barça en el Camp Nou (más en el juego que en el marcador, incluso) y
Valverde llegó ayer al
Benito Villamarín con los deberes hechos para cortocircuitar el ataque posicional verdiblanco. El líder de
LaLiga salió con cuatro mediocentros en su once inicial (
Rakitic-Busquets-Arthur-Vidal), retrasó muchos metros su bloque defensivo y cedió el balón al cuadro heliopolitano sin ruborizarse.
Al igual que hizo, por ejemplo, en el
Bernabéu, donde ganó 0-3. El plan del
'Txingurri' pasaba por mantener el orden, cerrar bien por dentro y tapar así las líneas de pase hacia los futbolistas más talentosos de
Quique Setién. Esto eso,
Guardado, Canales y Lo Celso.
No lo hacía sólo para evitar que tuviesen el balón los hombres más capacitados técnicamente del
Betis; sobre todo, para que lo gestionasen los que jugaban por fuera, dado que los locales salieron sin '9' de área y que, por ende, no tenían a nadie capacitado para rematar centros laterales. Así, los azulgranas dejaban que
Carvalho, sin capacidad de sorprender en carrera, recibiese libre y abriese a los costados, desde donde sólo muy de vez en cuando
Tello y
Joaquín generaron algo de peligro en acciones individuales, a las que le obligaba la estrategia culé.
La segunda parte del plan de
Valverde pasaba por explotar, tras la recuperación, la espalda de los carrileros béticos. Y de ahí, balón a
Messi o Suárez. Los centrales de
Setién quedaban siempre muy expuestos en sus transiciones defensivas y el cántabro, pese a la evidencia, no movió un dedo para sacar a los suyos de la trampa. Sus cambios, otra vez, bastante tarde.