Se lo ha ganado con sus
actuaciones en los amistosos de pretemporada, con
golazo incluido al Almería. Su
intensidad, su
verticalidad, su
potencia y su
polivalencia han convencido a Manuel
Pellegrini, que ve en él al extremo desbordante que necesitaba para complementar a
Tello y
Lainez como revulsivos. Y eso que no podrá estrenarse en Vitoria el lunes por una
sanción heredada del pasado curso con el Leganés, aunque
Aitor Ruibal ha conseguido, a la segunda o la tercera, su objetivo de hacerse un sitio en el Betis.
“Tiene ya número y dorsal de la primera plantilla y va a formar parte de ella. Se lo ha merecido y lo ha trabajado. A no ser que lleguen el City o el Liverpool, se queda. Ha demostrado que le vino muy bien este trabajo con el Leganés, ha progresado y se ha adaptado bien a lo que el míster quiere. Nos puede dar momentos de juego colectivo, salida de balón, profundidad, que estiremos el equipo, tiene potencia y gol… Puede aportar muchas cosas”, aseguraba este martes Antonio Cordón en los medios del club.
Es un premio al trabajo y la constancia del atacante catalán, que puede actuar también como referencia o como enganche, pero que se ha estabilizado en los costados, sobre todo el derecho, amén de jugar en el Leganés, incluso, como carrilero. Con dos campañas más de vinculación a la entidad de La Palmera, el catalán pudo haberse quedado en Butarque, donde tenían una opción de compra de 2,5 millones de euros por él que, seguramente por el descenso pepinero a Segunda, no ejercieron.