El Barça, sin espacios jugando en estático, intentaba romper la defensa con pases en profundidad, especialmente sobre un Jordi Alba que jugaba en campo contrario.
Mientras, el Betis ya lo hacía descaradamente al contragolpe. Con Fekir de lanzador y Juanmi, Aitor y Borja como estiletes. No obstante, las arrancadas llegaban desde muy lejos y daban tiempo a la defensa baugrana a replegarse. Pero siempre estaba descolocada. Y alguna vez tenían que llegar los espacios. Ocurrió a los 38 minutos, cuando un robo en defensa acabó en los pies de Juanmi, que combinó con Fekir en banda y éste logró ponérsela a Emerson, que entraba por la derecha. El brasileño logró profundizar y ceder al centro del área para que Borja Iglesias, a placer, no perdonara. Era su cuarto gol en poco más de diez días.
El Barça acusó el mazazo e intentó igualar antes de que se llegara al descanso. Y aunque lograba desequilibrar por banda, especialmente por la que entraba Dembélé, en ningún momento pudo romper la ferrea muralla que hasta ese momento era la defensa verdiblanca. Había logrado maniatar tan bien al Barça que tan sólo el cabezazo de Lenglet le había creado complicaciones.
Viendo la impotencia de sus jugadores en la primera parte, Koeman quitó un delantero y metió a Pedri, para ver si era capaz de encontraba esos huecos que habían faltado.
El que lo sencontró fue el de siempre, un Dembélé que parecía imparable. El francés entró por la derecha y su centro atrás lo remató Mingueza. Parecía gol, pero apareció Joel para evitar el empate.
Y si Joel quiso ser protagonista, Ter Stegen respondió poco después. Fue otro toque de calidad de Fekir a los diez minutos, que puso solo a Juanmi ante el alemán y éste sacó a córner in extremis cuando se cantaba el segundo.
Con Messi ya esperando en banda para entrar se sacaba el córer que acabó con Mandi en el suelo. En la repetición se pudo apreciar que le habían pisado por detrás, pero ni el árbitro ni el VAR consideraron que fuera suficiente para señalar penalti.
El Barça estaba viéndole las orejas al lobo y tiró de artillería. Messi saltó al campo y en el primer balón que tocó, igualó. La jugada llegó, como no, desde la banda de Dembélé, pero el argentino entró muy solo y le dio tiempo a ver dónde colocaba el balón.
El Betis acusó demasiado el gol y el Barça empezó a llegar, no sólo de forma continua, sino con sumo peligro. El balón no le duraba nada a los verdiblancos parecía un milagro que el gol no llegase. A los 65' Mandi lo evitó tirándose al suelo cuando Dembélé intentaba picársela a Joel. Dos minutos después (67'), el 'cántaro' se rompió. Una jugada que hemos visto cientos de veces, pase de Messi y entrada de Jordi Alba rompía la defensa bética, el catalán se la ponía a Griezmann, que remataba falta, para atrás, pero con la fortuna de que el balón tocaba en Víctor Ruiz y se metía en la portería bética. En menos de diez minutos el partido había cambiado.
El Barça no se conformaba y seguía a lo suyo. Era un auténtico huracán. Pero enfrente tenían a Fekir y hoy, el jugador galo, con espacios, estaba brillando a un nivel espectacular. Él solo se fabricó una jugada en banda, se fue de Busquets y el internacional español sólo pudo pararle rozando la línea lateral del área. Falta peligrosísima que el propio Fekir puso en el área pequeña para que Víctor Ruiz se desquitase del anterior gol.
Ya con Tello y Guido en el campo, el ritmo no decayó. Un fútbol que beneficiaba al Barça, que había impuesto una marcha difícil de seguir. El Betis esperaba y buscaba las contras, aunque las llegadas barcelonistas siempre iban cargadas de peligro.
A nueve del final, Pellegrini decidió dar descanso a los dos héroes verdiblancos (Fekir y Borja) y tiroó de Canales y un Loren que, sorprendentemente, había sido suplente. Y el cántabro, en la primera pelota que tocó, casi provoca un gol. En la siguiente, dio un pase en profuncidad sobre Loren que Ter Stegen salvo milagrosamente. Luego se vio que estaba en fuera de juego... pero ya era otro partido. El Barça empezaba a sufrir también.
Sin embargo, es el Barça y a un equipo de este nivel nunca lo puedes dar por muerto. Cuando más atacaba el Betis se encontró con una jugada en contra, que había cortado la defensa y no aparentaba peligro, pero Víctor Ruiz se durmió al sacarla, Trincao le robó el balón y disparó desde la frontal a la escuadra. Otra vez cuesta arriba cuando menos lo esperaban.