Ha cumplido la mitad de su
cuarta temporada como jugador del
Real Betis, una trayectoria llena de
altibajos. Empezando por la ilusión y las expectativas que despertó su aterrizaje, de los más costosos de la historia verdiblanca. Solamente
Denilson (31,5 millones de euros al cambio),
Borja Iglesias (28),
Lo Celso (22) y
Fekir (19,75+10) exigieron un desembolso mayor que los
16 kilos fijos y cuatro en objetivos que pactaron
Haro, Catalán y Serra en 2018 con el
Sporting Clube por el
75% del pase, que aumentó en otro
5% con la reciente venta de
Feddal. Una operación difícil de amortizar, más aún con la crisis económica derivada de la pandemia, aunque el bajo rendimiento posterior del internacional portugués propició que los rectores heliopolitanos intentaran '
colocarlo' en anteriores ventanas.
Benfica (Jorge Jesús quería reencontrarse con él, aunque la rivalidad con los 'Leoes', una cláusula
penalizatoria de 30 millones y la rebaja obligada de sueldo de los 2,5 netos actuales a un máximo de dos frustraron el movimiento),
Fulham y
Besiktas han sido sus últimos pretendientes, nunca ofertando un traspaso aunque sí cesiones con opciones u obligaciones de compra condicionadas, pero
Carvalho siempre priorizó la continuidad en tierras hispalenses. Su reciente paternidad y la confianza depositada en sus prestaciones por
Manuel Pellegrini tuvieron la 'culpa'. Porque el chileno ha sido uno de los grandes defensores de la permanencia del '24' en una plantilla "
peor sin William que con él". Y lo explicaba el 'Ingeniero' como un libro abierto.
"Por supuesto que uno quiere que los jugadores
rindan al máximo posible y que
los más caros ojalá sean siempre titulares, pero el fútbol no es así. No tenía ningún interés ni ninguna intención en que se fuera. Como todos, de acuerdo a la situación económica, si había una
oferta importante por algún jugador que pudiera salir y que fuera beneficioso para el club, tampoco le cerraba las puertas a nadie; ya veríamos la manera de reemplazarlo, pero soy el primero que está muy contento de que William esté con nosotros. Un jugador con
experiencia, de mucha
calidad, con el que tengo muchísimas
discrepancias, porque
le exijo mucho y no le doy la pasada hasta que no dé lo que es capaz de dar. Esperamos convencerlo este año de que tenga una regularidad mayor en todos los aspectos, pero de calidad son pocos los jugadores de su calidad que se pueden tener en muchos equipos, no sólo en el Betis. La exigencia para él va a ser fuerte, y ojalá tengamos una respuesta acorde a su categoría, porque es un jugador en el cual yo personalmente confío mucho, pero no le exijo menos que al de al lado. Le pasa como a Canales, que juega de Sergio. Hay jugadores así, que pueden jugar al lado del '5', detrás del punta, por las bandas... Tiene unas características y le sale jugar
fluido tanto en un puesto como en otro. Yo creo que Carvalho es un medio
de ida y vuelta, con muchísima calidad para darnos una buena salida de balón; seguramente, en alguna emergencia, también puede jugar de medio defensivo parado delante de la línea, pero entonces le quitamos muchísimo aporte en todo el trabajo ofensivo del equipo. Él tiene llegada al área, tiene gol. Para mi gusto no es un carrilero, pero es un medio más de ida y vuelta, con muchas ganas de ir y a lo mejor tiene que tener más ganas de volver también... No le puedes pedir que juegue de
Guido Rodríguez ni a Guido de William, porque cada uno tiene una mentalidad y una técnica; son jugadores de características distintas", confesaba el míster en Betis TV.
Y a fe que el mediocentro nacido en Angola está
respondiendo sobre el terreno de juego a ese respaldo. Convertido de nuevo en insustituible junto al argentino en la sala de máquinas, viene de lucirse ante el Espanyol, un encuentro donde generó una ocasión de gol, ganó
6 de 9 duelos, promedió un
92% de acierto en el pase (90 en total, muchos de ellos tras rupturas de líneas y, por ende, arriesgando) y tuvo éxito en
cuatro de los cinco regates que intentó durante los 84 minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Una exhibición que
sacó de quicio a Raúl de Tomás (y viceversa), quien acabaría expulsado. Punto y seguido al excelente momento de
forma por el que atraviesa Carvalho, al que se ve más
fuerte, más
fino y con una
claridad de ideas reseñable.
Con todo, el Betis tiene en los próximos meses una
papeleta importante que condicionará el futuro del internacional luso. Y es que, como ocurre con otros miembros del plantel con contrato hasta el
30 de junio de 2023, los responsables deportivos y directivos tendrán que buscar una
ampliación en términos razonables (como las de Fekir, Borja o Canales, con una ligera
reducción de sueldo para aligerar la nómina salarial a cambio de más años de vinculación) o plantearse seriamente su
salida el próximo verano. Y es que la siguiente ventana de transferencias sería la
última en la que lograr algún
rédito por su traspaso, puesto que el 1 de enero de 2023 ya podrá llegar a un acuerdo con quien desee para aterrizar allí seis meses después a
coste cero y con
prima de fichaje de por medio. Otra opción, como ocurre ahora con
Tello o Camarasa, es que agote su contrato, si bien por ellos se pagó 3 o 4 veces menos.