Se daba al
Sevilla FC como
muy favorito en la previa, de todos los sectores, y se esperaba que los nervionenses saliesen cuando salen a ganar, mordiendo arriba y yendo a buscar a
un Real Betis con unos evidentes y lamentables problemas defensivos. Pero no.
Julen Lopetegui olvidó lo del Real Valladolid, porque al fin y al cabo
la cabra acaba tirando al monte, y realizó un planteamiento de esos que le gustan y que consisten en
jugar a que no pase nada.
La obsesión del técnico blanquirrojo era la de
impedir que la tocasen mucho Canales y Fekir, por lo que puso
a Gudelj y Jordán a correr tras ellos, dejando a
Óliver, Ocampos, Suso y De Jong totalmente aislados.
Los de
Manuel Pellegrini, en cambio,
fueron valientes, pese a las circunstancias, agravadas por
tres bajas de última hora por la Covid-19, y se fueron yendo más arriba conforme iban comprobando que
nada en absoluto amenazaba sus espaldas. Estuvo particularmente bien un
Diego Lainez que, pese a que seguramente entró en el once por las muchas bajas,
merecía la titularidad por lo que había ido demostrando a ratos.
Del Sevilla no hubo noticias hasta la segunda parte (y tampoco muchas), cuando
Lopetegui se percató de que se había equivocado. Y tardó muy poco el cuadro visitante en adelantarse, aprovechando un error de esos que llevan años lastrando al Betis.
Le duró la alegría el tiempo que le tardó
Del Cerro Grande en pitar
un penalti rarito. Pese a que el VAR no le corrigió, al ser la jugada de interpretación,
debió ir a verlo. Curiosamente, después fue a ver el que era
un penalti como un castillo.
Bono evitó una remontada que, seguramente,
habría sido justa. En parte, porque
el Betis jugó como casi nunca y, sobre todo, porque
Lopetegui hizo de las suyas. Lo que de que había salido
"con la intención de ganar" que dijo el vasco tras el encuentro es
mejor ni comentarlo... Lopetegui
le dio la mano al eterno rival y sólo la que sacó Bono en la pena máxima de Fekir impidió que los verdiblancos
le cogieran hasta el brazo.
Lo peor es que
no aprenderá nada de esto o que lo olvidará rápido, como lo del Valladolid.