Carlos Rodríguez, amenazado

Carlos Rodríguez ha finalizado un año para el olvido, en el que no ha podido hacer nada ante el cúmulo de problemas que ha sufrido y que le han impedido a él y a su equipo, el Ineos Grenadiers, luchar por sus objetivos.

Una caída en el arranque de temporada le impidió llegar en buenas condiciones al Tour de Romandía, donde defendía título, al Critériun du Dauphiné y al Tour de Francia. Pese a que no estaba bien dejó muestras de su gran clase con un 6º puesto en el primero, un Top-10 final en el segundo y como mejor español en el Tour hasta que, en la 18ª etapa, dijo adiós a la ronda gala y, con ello, a la temporada 2025.

En total, 45 días de competición y 435 puntos UCI. Un bagaje muy pobre después de lo que el granadino había realizado en los últimos años y lo fuerte que apostó -y pagó- el Ineos por él en 2023 para que no se fuese al Movistar Team.

Un equipo como el británico no se podía permitir apostarlo todo a un líder y que, por las circunstancias que fueran, no estuviera, por lo que parecía más que evidente que irían al mercado para tratar de buscar una alternativa. La han logrado con el francés Kevin Vauquelin, la gran sensación del Tour 2025 y el francés mejor clasificado.

Después de unos años en constante crecimiento en el Arkéa, Vauquelin ha firmado por tres años con la intención de afrontar las grandes vueltas y, en especial, el Tour de Francia, como líder. Así se lo ha dejado claro a Carlos Rodríguez nada más aterrizar en el Ineos Grenadiers. "He firmado como un líder, un corredor que puede influir en la carrera", advierte el ciclista galo, quien reconoce que su papel en el Tour le ha ayudado a firmar por un equipo grande. "Es un equipo que me viene muy bien, que tenía menos perfiles como el mío y que está volviendo a ser el de antes. Es una oportunidad para coger la experiencia y aportarla con la forma ingeniosa que pude aprender en el Arkéa, donde me construí como persona", añadía.

Kevin Vauquelin no se corta

Kevin Vauquelin ya se ha demostrado que puede rendir en las grandes vueltas. "Llegué a este último Tour pensando que iba a aspirar a una victoria de etapa y a intentar hacerlo lo mejor posible en Normandía. Animado por mi Vuelta a Suiza -fue 2º-, sólo quería correr en cabeza, estar bien colocado y tener un impacto en la carrera. Me gustó y eso me llevó a querer competir en la clasificación general, tratando cada etapa como una carrera de un día", indica el galo, séptimo al final del Tour.

Ahí será un competidor directo de Carlos Rodríguez como líder del equipo, pero también en pruebas como el Tour de Romandía o el propio Dauphiné, donde el granadino ejercía como jefe de filas. "Sigo descubriéndome a mí mismo, buscando el campo de expresión que mejor se adapte a mí. Pero mi gran objetivo es ganar una carrera de una semana. Creo que cada vez es más posible. Pienso, por ejemplo, en la París-Niza. En el caso de una contrarreloj por equipos, estar en INEOS con Filippo Ganna, Thymen Arensman, Magnus Sheffield es ventajoso...", advierte.