Entrevista ED

Damián Quintero: "Los valores del kárate me han ayudado mucho en mi vida a nivel personal y laboral"

El karateca olímpico español, plata en Tokio 2020, analiza para ESTADIO Deportivo su carrera y el incierto futuro de su deporte a nivel olímpico

Alejandro SáezAlejandro Sáez 23 min lectura
El malagueño Damián Quintero, aunque nacido en Buenos Aires (Argentina) hace 37 años, dejó a todos boquiabiertos tras conseguir la medalla de plata en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio en kata. Quintero lo consiguió en el país de la cultura del kárate, lo que engrandece aún más su éxito. El proceso hasta llegar ahí no ha sido fácil. Desde que empezó a subirse al tatami con siete años ha contado con el apoyo de su familia y de instituciones que le han ayudado a llegar hasta donde ha llegado. Su amor por este deporte lo ha llegado a materializar en su día a día. Fruto de ello, participa en varios proyectos para ayudar a jóvenes deportistas que han soñado como él estar en la gran cita de los Juegos Olímpicos.

- ¿Cómo fue su experiencia en Tokio tras conseguir esa medalla tan merecida?
- Es la joya de la corona de mi casa. Al final he estado trabajando muy duro para llegar a ese momento. Es una oportunidad que surgió en el 2016, cuando a nosotros como deporte nos metieron dentro de la disciplina olímpica y desde ese momento ha sido constantemente el pensar en llegar a 2020 para conseguirla. Es un trabajo de muchísimo tiempo, cinco años. Al final se plasma en el tatami dos o tres minutos que se hace cada karateca o las cuatro rondas que fueron las que hice en Tokio. Es cierto que han sido cuatro o cinco años de duro trabajo, entre lo que fue la clasificación que fue año y medio, aunque yo me clasifiqué seis meses antes de los Juegos. Fue algo muy duro, cada dos semanas estábamos compitiendo y después llegar a unos Juegos, vivir esa experiencia y encima sacar la medalla. Todo el mundo hablaba de ello, pero es verdad que había que ir allí y pelearla. La verdad que ha sido el gran éxito de mi carrera deportiva.

- Su preparación, además, estuvo marcada por el covid-19 y una pandemia. 
- Fue una locura. Cuando se decretó el estado de alarma y nos mandaron a todos para casa, en un momento veíamos a todos nuestros contrincantes de Japón y otros países que seguían en la calle entrenando con normalidad. Los Juegos no se cancelaban, no había noticias de nada. Era una incertidumbre y muchos pensamientos negativos, sabiendo que estabas entrenando en un sótano (y con suerte) y veías que ibas perdiendo un poco la forma. Al final la parte física no la podíamos entrenar. El entrenador sí que es verdad que desde el minuto uno nos dijo "Nos vamos a casa pero vamos a empezar a entrenar vía online" y nos mantuvo conectados. Pero fue muy duro hasta que se cancelaron. Primero llegó un poco de sopetón, pero ya en el momento en el que dicen que se aplaza y que tenemos un año más de mejora te alivia un poco en ese sentido, te relajas un poco más y sigues intentando mantenerte en forma. Pero fue algo más relajado, sabiendo que ya reprogramado, replanificamos todo el planning que llevábamos preparado para Tokio. En lugar de Tokio 2020 iba a ser Tokio 2021.

- Toda esta incertidumbre le coge en Madrid.
- Sí, yo vivo en Madrid. Entreno en el CAR (Centro de Alto Rendimiento) y claro, me coge aquí. Nos dijeron que no podíamos usar las instalaciones y no podíamos hacer nada. Nos fuimos para casa y la primera semana pensaba que iba a ser una semana de vacaciones y de relajación, pero no fue así. Fueron tres meses aquí metido y que ya te comían las paredes. Ahora bajo al sótano y me da hasta asco, de todas las horas que he echado allí abajo.

- Nació en Buenos Aires y llegó a Málaga con cinco años. Casi por casualidad, debido a que su padre lo tenía todo preparado para irse a Australia€
- Ellos realmente querían irse para allá. Tenían todo preparado, pero al final cambiaron en el último momento. El idioma te echa un poco para atrás y decidieron irse para España. Acabamos en Madrid y después mi madre decidió irse para el sur. Yo me considero malagueño, si te das cuenta vine muy pequeño. Sí que tengo recuerdos de la infancia de allí (de Argentina), pero era muy pequeño. Yo me he criado en Málaga y realmente yo me siento de allí.

- Bendito destino para el deporte andaluz€
- La verdad es que sí, eso lo tendrán que decir otros, pero la verdad es que es un exitazo todo lo que he conseguido a lo largo de mi carrera. Por supuesto siempre un poco de la mano de las instituciones, de la Junta de Andalucía, del Ayuntamiento de Málaga, de la Diputación de Málaga€son los que siempre me han estado apoyando para llegar arriba. Así realmente es como se consiguen las cosas.

- ¿Cómo está el kárate en España a nivel andaluz y a nivel nacional?
El kárate andaluz siempre ha sido muy bueno y en concreto el kárate malagueño también. No es porque haya salido de allí, sino porque hay muy buenas escuelas. Hay muy buena cantera, es cierto que a lo mejor cuesta mucho después llegar arriba y consagrarte en categoría absoluta como conseguí yo. Pero sí es verdad que tanto en campeonatos de España de clubes, campeonatos de España infantiles, juveniles, cadetes, junior y senior siempre Andalucía es potencia. Hoy en día se puede decir que estamos peleando con Madrid que podría ser la más potente por número de licencias, por economía y por disponer de muchos más medios que otras. Pero la Federación Andaluza le pelea de tú a tú, de hecho creo que en el último campeonato de España sacamos más medallas que Madrid. Estamos en el top uno nacional y después es verdad que siempre ha habido algún que otro andaluz o andaluza en la selección española, tanto en categorías inferiores como en la absoluta. Por lo menos desde que yo debuté hace veinte años.

- Plata en Tokio con 37 años, ¿la carrera de un karateca hasta cuándo se puede estirar?
- Hoy justo daba una charla de salud y bienestar y me preguntaban algo parecido. Desde los 28 hasta los 32 es el rango en el que se está en óptimas condiciones. Mis mejores resultados han venido con 35, 36 o 37 años. Esto depende un poco de la situación de cada uno, de cómo uno se cuida. Es cierto que en los últimos cuatro años he sido muy duro de cara a los entrenamientos. Hemos tenido que entrenarnos física y mentalmente y unos medios de prevención de cara a lesiones también. No sé si este año o el año que viene, obviamente el final está más cerca que antes. Y sobre todo teniendo la medalla que me faltaba. Viendo un futuro un poco negro en cuanto al kárate, ya que en París 2024 no estará en su programa. Con lo cual, es un futuro incierto, no sabemos cuántos pasos para atrás vamos a dar. No sabemos si vamos a volver a lo que era no ser un deporte olímpico en España, lo que suponía menos subvenciones, ayudas y repercusión. Es cierto que yo ya estoy en un nivel en el que he conseguido una repercusión después de mi medalla olímpica. Así que espero mantener ese nivel, pero ya estoy pensando un poco en mi deporte, ya no solo en mí mismo. Se ve un futuro un tanto complicado, todo se reduce en que la exposición mediática, las ayudas y los sponsors van a dejar de entrar en teoría porque obviamente no va a haber tanta rentabilidad.

- ¿Cómo se le explica a un karateca que en los próximos Juegos ya no va a estar como disciplina? Además, después de haber tocado techo en España.
- Es muy complicado de explicar porque no tenemos repuesta. Estamos hablando de que nos sacan de un programa olímpico, cuando en Japón ha sido todo un éxito, con buenos resultados. Ya no solo a nivel nacional, sino en general. Viendo los ratios televisivos, la repercusión que ha tenido en todos los países participantes que han estado en los Juegos y lo que ha crecido el kárate durante el último ciclo. Es muy difícil de explicar y es verdad que a los más pequeños que no se enteran aún pueden pensar en el 2028 y en el 2032, pero los que tienen un rango de 20-25 años que han sido compañeros míos y que entrenan día a día es muy difícil de decirles: "Tú realmente que has vivido el ciclo olímpico más o menos cerca, no vas a poder dedicarte al kárate todo el tiempo", cosa que he hecho yo durante los últimos años. Es complicado y si no están estudiando tienen que volver a estudiar o trabajar, e incluso compaginar las dos cosas. El rendimiento deportivo va a bajar sí o sí. Es muy difícil ya la situación y lo que creo es que hay que poner cartas en el asunto. No esperar a si va a llegar a Los Ángeles 2028 o a Brisbane 2032, que son ciudades poco karatekas. Hay surf, skate, escalada€que son deportes más potenciales para que estén en el programa olímpico. Hay que ser más autocrítico y quizás darle una vuelta a nuestro deporte, para hacerlo más atractivo y cercano al público general que no entiende. De esa manera crecer de manera más profesional.



- Sale el kárate y entra el break-dance€
- Eso de entra y sale es dependiendo. Realmente hay cinco vacantes que las propone París 2024, es cierto que no quiere kárate ni beisbol. Permanece skate, escalada, surf y mete a break-dance. Aún hay una plaza, pero ya han dicho que no la van a usar. Es algo muy extraño, porque realmente el beisbol lo podría llegar a entender. Necesitas un campo muy grande, tener mucho más movimiento. Pero en kárate puedes hacerlo en el mismo pabellón que taekuondo, judo, o incluso baloncesto o balonmano, no necesita infraestructuras. Necesita solo la tecnología y los jueces que hagan falta en el torneo. Es algo muy extraño, hay algo por detrás que creo que se nos escapa del asunto y en algún momento lo averiguaremos. Ahora mismo no sabemos.

- Volviendo un poco al pasado, a los 7 años empezó con el kárate, ¿por qué?
- Fue más bien por practicar un deporte un poco distinto y por la cercanía a donde estudiaba yo. En frente del colegio había un pequeño dojo, un gimnasio de kárate. También mi madre decidió meterme en este deporte ya que yo era un poco revoltoso. Lo hizo para que me calmase y para que atendiera a un deporte con mucha más disciplina que por ejemplo el fútbol o el baloncesto. Salía del cole y me iba a la otra escuela de kárate, desde el minuto uno me gustó y fíjate hasta dónde hemos llegado.

- Más de cien medallas en su currículum€
- Son estadísticas en las que ahora mismo no me fijo. Cuando uno se retira es cuando echa la vista atrás y empieza a contar estas cosas. Ahora intento disfrutar del momento, de los entrenamientos. Estoy en una época en la que estoy un poco más relajado porque todo lo gordo ya ha pasado, que eran los Juegos y todo lo que había que conseguir. Ahora estoy como firmando un contrato por año, estoy viendo lo que hago este año, cómo van las cosas. Yo me veo con ánimo de entrenar y en el momento en el que vea que no doy más o no me apetece pues lo dejaré y seguiré trabajando para el kárate lo más seguro. Porque al final yo creo que hay muchas cosas que mejorar en general en el deporte español también.

- Su madre fue, en parte, la causa de que se iniciara en el kárate. ¿Qué recomendaría a los padres para que sus hijos se fijen en este deporte?
- Creo que es una disciplina muy bonita, porque al final es un deporte, pero viene de un arte marcial, tiene una filosofía más tradicional que algún que otro deporte. Tiene valores que son muy arraigados, como son el respeto, la humildad e incluso el respeto al sensey o al maestro y a los compañeros. En el tatami estamos diferenciados por rangos, que son los cinturones, pero realmente somos todos iguales. Al margen de todo lo bueno que tiene en el aspecto psicomotriz y deportivo, tiene esa aura un tanto más filosófica que es muy interesante. Pienso que los padres no pueden obligar a los niños y las niñas, tienen que practicar algo que les guste. Si lo practican y ven que les viene bien para su mejora personal y ser mejor persona el día de mañana de acuerdo. A mí también me ha ayudado, he aplicado cosas del kárate en el mundo laboral y personal. Yo creo que es muy bueno.

- Ha participado en el programa Mentor 10 en la Junta de Andalucía, donde ha dado charlas a menores, ¿cómo es esa experiencia y cómo puede transmitir esos valores del mundo del kárate y el deporte olímpico a los más jóvenes?
- Llevo varios años trabajando con la Junta en el programa Mentor 10 y es un programa que cada vez tiene más éxito. Muchas veces nos lo ha dicho la directora general que habla con otros directores de otras comunidades. Nos preguntan por este programa porque se escucha por toda España. Es muy bonito sentarte delante de niños de todas las edades y poder inculcarles un poco estos valores que a mí el deporte me ha transmitido. Me ha hecho crecer, ser mejor persona y lo he aplicado a mi vida. El poder decírselo a niños que te miran como si fueras su ídolo y les puede llegar con más intensidad que a una persona o a un deportista en el que ellos se puedan ver reflejados no tiene precio.

- También existe la Fundación Andalucía Olímpica, que ayuda a los deportistas olímpicos andaluces.
- En ese aspecto sí que no he colaborado nunca. Pertenezco al programa ADO (Asociación de Deportes Olímpicos) y creo que no son compatibles. Sí que han seguido mis pasos, pero es verdad que hacen una buena labor también. Soy de los partidarios que dicen que el deporte es élite y por eso hay top mundiales y más gente del montón. Hay cabida para todo el mundo y tiene que haber ayudas para todos. En el deporte de élite siempre hay que centrarse un poco en lo que realmente van a surgir. En este sentido la Fundación Andalucía Olímpica lo que hace es ayudar desde abajo para poder en el siguiente ciclo olímpico clasificarse. No he compartido con ellos ninguna colaboración, pero deberían de ser compatibles algunas becas. Hay que restructurar algunos estatutos y algunas cosas. A veces sí que es verdad que hay casos en los que cuando los deportistas se clasifican para Tokio es cuando recibe esa ayuda. Debería de ser al revés, estar ahí antes para apoyarte en el camino y apostar realmente por, no por las medallas, sino por los hombres y las mujeres que puedan luchar por una medalla. Sí que es cierto que esto pasa mucho en general, en muchas instituciones que ayudan aunque no saben a qué. Ha habido casos en los que incluso se ha apoyado a dos personas de la misma categoría cuando uno ya estaba clasificado, no en Andalucía, pero sí en otro lado. Hay que prestar un poco más de atención en ese sentido, pero bueno, no es por ser crítico ni nada de eso.

- En un momento tuvo que dejar su trabajo para centrarse en el kárate y en su objetivo de ir a los Juegos Olímpicos. Parece fundamental este tipo de ayudas y de becas, el deportista de élite tiene que estar centrado en su deporte y es complicado compaginar una labor con otra.
- Es algo esencial. Yo me la jugué, realmente dejé el trabajo en 2015 y nombraron al kárate como deporte olímpico en 2016. Mirando mi cuenta tenía algunos ahorros y vi que en un año podía tirar. Mi madre se asustó, casi se desmaya, porque tenía un trabajo indefinido, no es que ganase muchísimo pero estaba bien posicionado. Decidí tirar todo eso que había conseguido desde hacía tres o cuatro años por un sueño. Un sueño que todavía no sabíamos si iba a poder ser. Me tiré un poco a la piscina y que a raíz de los buenos resultados vinieron las becas.
Habría que ver un poco y estudiar de qué manera se puede ayudar antes de llegar a eso. Es esencial para llegar en las mejores condiciones a los Juegos Olímpicos en cuestión. Se le está dando una vuelta, tengo algunos contactos en el Consejo Superior de Deportes y el Comité Olímpico Español y creo que ellos son conscientes de esto y tienen que trabajar. Hay muchos sponsors que se les están yendo, las cuantías económicas están bajando mucho y hay muchos deportistas que están consiguiendo muy buenos resultados. Entonces hay que esforzarse por aunar un poco en este sentido y mejorar en ese programado que tanto éxito nos dio en Barcelona'92, pero que ha ido en declive hasta 2022. Es esencial porque después te hacen muchos contactos con otras marcas. Gracias a los medios también que son muy participes en dar visibilidad, somos capaces de conseguir sponsors de manera privada y eso también hay que agradecerlo. Es un poco un cúmulo de situaciones en las que hay que aunarse todos a una para que el deportista esté en las mejores manos y no tenga que compaginar con trabajos. Que su trabajo realmente sea entrenar todo el día. Obviamente con estudios se puede entrenar, porque nadie entrena 24 horas al día. Si no se consiguen los resultados por lo menos tener un colchón, un salario, al igual que pasa en otros países como en Italia con convenios con la policía de allí por ejemplo. Tengo compañeros en Italia que pertenecen al ejército y otros que entrenan todo el día. Pero tienen un salario todos los meses, al margen de lo que puedan conseguir con sponsors o cualquier otra cosa.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram