ENTREVISTA ED

El lado más sincero de Alisa Ozhogina: "Yo sacrificaba mi vida personal por miedo a que me afectara la vida profesional"

La joven deportista sevillana atiende a ESTADIO Deportivo y habla sin tapujos de la batalla mental a la que se enfrentan deportistas de alto rendimiento: "En este deporte nunca somos perfectas, nunca es suficiente"

El estado de felicidad de Alisa Ozhogina (31 de octubre de 2000, Moscú, Ruisa) es patente. Pocos meses después del éxito que supone lograr un bronce olímpico, la joven deportista sevillana de origen rusa rebosa de alegría, toda vez que su discurso se rige en torno a un mensaje de ambición. Es esa actitud la que le consagró como la estrella que es, justamente la misma que durante un tiempo la puso contra las cuerdas. El intento de conciliación de la vida de una cría de su edad con el resto, a la par que escalaba en su proceso de crecimiento como la deportista que hoy es, la sometió a un delicado estado mental de debilidad, del que salió con ayuda psicológica. Una situación habitual que Alisa trató, con la plena normalidad que corresponde, durante su entrevista en ESTADIO Deportivo.

- ¿Qué tal su regreso a la Selección? ¿Ya han vuelto?

- Sí, ya hemos empezado. Empezamos justo el miércoles pasado con Andrea. Antes de eso habíamos hecho pequeñas introducciones a la pretemporada, pequeños entrenamientos. Hemos probado diferentes actividades, también así para divertirnos un poco. Y nada, muy bien, muy contentas, con muchas ganas, con mucha ilusión y con una atmósfera, la verdad, que es bastante sana, lo cual motiva mucho también. Y nada, la verdad que he arrancado muy bien este ciclo nuevo.

- Ya han pasado varios meses desde los Juegos Olímpicos, pero ¿qué tal? ¿Cómo se siente el equipo ahora?

- Pues la verdad que ya hemos bajado de la nube, yo creo, ya hemos asimilado que somos medallistas olímpicas, que hemos conseguido algo muy grande, que eso ya no nos lo va a quitar nadie, y que bueno, a creérnoslo, a seguir mejorando, a conseguir más medallas, a seguir siendo un referente de nuestro deporte, y bueno, sobre todo a disfrutar. Porque al final hacemos esto porque nos gusta y nos sentimos súper afortunadas de dedicar nuestra vida a algo que nos llena, que realmente nos hace felices. Y bueno, sensaciones, pues eso, de muchas ganas, mucha ilusión, y bueno, con ganas de volver a vivirlo dentro de cuatro años

- ¿Sienten que han tocado techo?

- Esto es solo un empujón. Somos un equipo muy joven, nos quedamos mucho por delante, y esto no es el techo para nada, esto es el principio. O sea, quedan añitos, quedan por fortuna, quedan, quedan.

- ¿Cómo mira el futuro?

- Bueno, esto es como justamente hoy lo hablábamos en el entrenamiento, que hay que vivir en el presente, en el hoy, que es guay ir al pasado, pero también, si recuerdas lo del pasado, a lo mejor te puede entrar una nostalgia que tampoco es que sea súper buena porque, ¡ay, antes era todo tan guay y ahora es diferente! O ir tampoco al futuro porque luego es que no sabes cómo van a pasar las cosas y te puedes pegar el chocazo de tu vida, ¿no? Y entonces lo mejor es, para ser feliz, es vivir en el presente, así que vamos día a día. Hemos empezado la temporada con ilusión, a mantener esa ilusión, a luchar cada día por seguir teniéndola y por disfrutar, y a ir día a día, ya que mente y cuerpo aguante, y a seguir luchando por nuestros sueños y a conseguirlos.

- Habitualmente, el trabajo mental es una cuestión importante como grupo. ¿Cómo ha sido ese trabajo?

- Todos lo trabajamos. Hemos ido con diferentes, variando cada temporada, con el tema de un psicólogo común, pero este año no lo hemos tenido, hemos tenido cada uno a nuestro individual, y bueno, cada uno tiene la suya propia, porque cada uno conectamos con una persona diferente. Yo he probado a diferentes psicólogas y esta ha sido la primera con la que yo realmente he conectado, así que eso, yo super contenta con ella y super a gusto.

- Compagina su vida de deportista con estudios de comunicación. ¿Cuáles son los factores que más debe trabajar?

- Bueno, sobre todo, a ver, el tema de no llevarme el entrenamiento a casa, de saber desconectar. Porque yo soy una persona muy responsable y yo en mi época, por ejemplo, con ese psicólogo he conseguido abrirme, porque yo era una persona que sacrificaba su vida personal por miedo a que me afectara la vida profesional. De hecho, yo decía no salgo a cenar fuera porque me da miedo cansarme, o no voy a este cumpleaños porque al día siguiente hay que entrenar, algo así.

Entonces yo con ella he aprendido lo importante que es también la desconexión de no solamente ser una máquina o un robot. De ser también persona, de disfrutar y de lo importante que es eso para luego rendir mejor, de no llevarme las malas rachas a casa, de saber desconectar y saber que no soy perfecta, de que todo el mundo puede tener un día malo. Y bueno, sobre todo eso, la autoexigencia. Este deporte es muy exigente, se llena de autocrítica, nunca somos perfectas, nunca es suficiente, y el tener a alguien que te ayude a gestionarlo y a decir, oye, has hecho tu mejor versión de hoy y mañana más y mejor, pues ayuda muchísimo. Y yo creo que sobre todo eso, el tema de decir, por muy dura que te parezca la situación, no es el fin del mundo, ¿no? Con eso me ayuda muchísimo.

- ¿Cree que ese sacrificio es el que ha permitido que llegue a este lugar?

- No, porque al final gracias a ella ha sido al revés, no la he dejado. Este año justamente ha sido uno de los más duros, pero ha sido uno de los que más me ha abierto al mundo exterior. Y no me arrepiento de nada porque es que iba a entrenar mucho mejor, iba a entrenar más contenta, más feliz, no te estoy hablando de salir de fiesta cada fin de semana, pero sí que de ir pues al cumpleaños, al cine una vez entre semana.

Yo entre semana antes no me permitía nada, si es el sábado y el domingo ya entero en la cama, porque el lunes hay que entrenar y hay que recuperar la musculatura. Pues ahora hago planes los domingos, no sé, cosas típicas, porque en realidad de la gente, y que yo como persona tengo derecho a permitirme, lo que pasa es que yo me reprimía y no, yo solamente nadaba y estudiaba. Y psicológicamente es que eso es más duro a que que te echen una bronca en el entreno. No sé, yo me he dado cuenta de lo importante que es eso para desconectar, para rendir mejor, para ser mejor deportista y para disfrutar más de la vida.

- ¿Ha cambiado su vida después de las olimpiadas?

- No, no, de famosa nada. Mientras nosotras no tengamos un balón entre las piernas y una liga, nosotras no somos absolutamente nadie. A mí no me conoce nadie, me conoce la gente que ha seguido los Juegos, que ha seguido el deporte. Pero la gente normal se acuerda de nosotras cada cuatro años y además como nuestro deporte de equipo, somos como el equipo entero, las niñas de sincro. Pero qué va, qué va, ni foto ni nada. Yo sí que he notado una gran repercusión de la medalla a nivel mediático sobre todo, lo cual agradezco mucho, pero sí que es verdad que mi deporte sigue siendo minoritario.

- ¿Cómo ha alterado la vida del Club Sincro Sevilla vuestra medalla?

- No hemos parado, hemos recibido llamadas de todo el mundo e incluso han habido algunas que no hemos podido atender, que están pendientes. Y la verdad que nos sentimos súper afortunadas y súper agradecidas, pero nosotras sobre todo lo hacemos no para el famoseo o no, sino sobre todo para nuestro club, el Sincro Sevilla, y para que se les reconozca a ellos también más, porque al final nosotros crecimos allí y ellos realmente necesitan muchísimos patrocinadores. Necesitan a la gente que les ayude, porque es un club que es campeón de España en todas las categorías y que entrar en una piscina pública sin subacuático, por así decirlo, entrar en las peores condiciones que se puede tener.

Entonces nosotras sobre todo por ellas, para que por lo menos esta medalla les dé algo y que las siguientes generaciones no tengan que sufrir lo que sufrimos nosotras. Entonces, bueno, muy agradecidas, pero ojalá que esto también sirva para algo, no solamente para el famoseo.

- ¿Cree que desde Andalucía se está trabajando cada vez más en mejorar la vida de los deportistas y de las nadadoras?

- Quiero creerlo. Tuvimos un acto con el presidente de la Junta de Andalucía donde nosotros reivindicamos y fuimos escuchados. Reivindicó María Pérez y reivindicaron otros deportistas como Carolina Marín. Y bueno, yo espero que realmente eso nos haya escuchado. Nos sentimos súper afortunados de ser andaluces, en nuestro caso de ser sevillanas y la verdad que agradecemos muchísimo porque en otras comunidades no se les ha hecho casi nada. Espero que se esté trabajando en eso para que en un futuro llegue. Yo confío, la verdad. Creo mucho, me ha dado mucha confianza.

- ¿Qué reconocimiento más mediático recuerda?

-Que no me esperara... Bueno, Rafa Nadal, que nos mencionó en una historia. Eso fue súper guau. Que nos ha publicado. O sea, qué fuerte. La verdad que siempre hemos tenido muchísimo contacto con Ona Carbonell. Ona siempre nos ha hablado, siempre nos ha apoyado. Ha venido a la piscina, ha trabajado con nosotras. Es un ejemplo a seguir. Una amiga y una compañera con la que yo nadé en Tokio. Que es una de las mejores personas que me ha dado la orientación artística. Y bueno, yo diría que poco más.

También fue todo un honor conocer a una mujer como Alma Benazir. Conocer su sencillez. Que a mí me encanta la gente sencilla. La gente que tú en realidad luego, que te parece en la tele que es súper lejos. Y de repente, pues... Se te acerca y habla contigo. Y es como si os conocierais de toda la vida. La verdad que para mí es todo un orgullo.

- ¿Qué inquietudes académicas tiene para el futuro?

- Siempre nos han enseñado que hay que estudiar. Yo hasta tercero de la ESO estudié en un colegio normal, corriente. Allí en Sevilla, en el San Isidoro. Y luego en cuarto de la ESO empecé a estudiar en el CAR. Estudié allí un añito. Y luego mis entrenadores y mis padres hablaron. Y dijeron que para que yo pudiera entrenar más, que mejor que me partiera el bachillerato. Y que tenía que hacerlo desde Andalucía. Porque si no tenía la asignatura de catalán en selectividad. Porque yo había entrado en la ESO aquí en Cataluña. Y empecé a estudiar a distancia. Y la verdad es que eso fue muy duro. Porque a mí me daban el temario bachillerato. Y venga, espabílate, estúdiatelo. Y para mí eso fue horrible. Porque, claro, nadie me explicaba nada. Yo mira que hacía el bachillerato social. Pero, no sé, fue como súper duro.

Y al final me la acabé partiendo en cuatro años. Acabé haciendo selectividad en el COVID. Pero bueno, todo se llega. Y al final la aprobé todo bien. Y empecé a estudiar en la Universidad Internacional de La Rioja, que es donde estudiamos la mayoría del equipo. Justamente para eso, para que cuando tengamos semana de exámenes, la tengamos todas a la vez. Entonces, yo al principio, como mi familia rusa, y yo vivo aquí en España desde pequeña, soy completamente bilingüe desde que nací prácticamente. Desde pequeña, desde que entré en el cole con cuatro añitos. Entonces, claro, yo tenía muchos idiomas. Español, inglés. Estudiaba en Sevilla en un colegio alemán. Ahora catalán, tal. Y digo, bueno, pues traducción e interpretación. ¿Qué pasa? Que tampoco me llamaba mucho y no le veía mucha salida. Luego quería Relaciones Internacionales, pero era todo Derecho y Política y no me llamaba nada eso. Y al final acabé en Comunicación. Que vi las asignaturas y me gustó bastante.

Me gustaría ser entrevistadora, sobre todo en el ámbito deportivo, para darle a los deportistas la voz que realmente se merecen, ¿no? Pero bueno, no sé, de momento es eso, tengo una lluvia de ideas y a ver dónde acabo, dónde la vida me lleve.