El
vértigo, ese aliado del
Real Betis en la primera mitad de la temporada, sigue pasando
factura a un equipo ahora
extenuado, más voluntarioso que lúcido. Si el intercambio de golpes sonreía antaño a los de Pellegrini, el descontrol castiga ya en encuentros como el del
Atlético o éste ante el
Eintracht (1-2), donde la pegada destapó las carencias atrás.
Bravo, que no anduvo fino en el primer tanto, se levantó después de manera
majestuosa para evitar, con un
penalti detenido y varias intervenciones de
mérito, que la eliminatoria de
octavos de la Europa League quedase decantada claramente del lado alemán. Hay
vida, pero toca reflexionar: este camino no sirve de momento.
Como se esperaba, el anfitrión arrancó buscando la
iniciativa, aunque ninguno escatimaba
precauciones ante el potencial ofensivo del contrario, por lo que ambos se aplicaban en la
presión, especialmente tras pérdida. Con todo, el primero en probar suerte fue el conjunto verdiblanco, gracias a un medido saque en largo de
Bravo que protegió bien
Canales ante
N'Dicka, aunque el '10' la empalmó con poca fuerza en el mano a mano con
Trapp. Sin embargo, las alternativas eran constantes, respondiendo enseguida a cada acometida heliopolitana con otra germana. Y, en ese intercambio de golpes, la primera cabalgada de
Fekir, que no pudo sorprender desde lejos al meta visitante, dio paso al 0-1, obra (de arte) de
Kostic, que vio adelantado al cancerbero chileno y, desde casi la línea de banda, le coló una
vaselina precisa y preciosa.
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Tocaba remar más fuerte, aunque el 'Ingeniero' ya avisaba en la rueda de prensa previa que la eliminatoria se iba a
resolver en Frankfurt. Ahora, con la eliminación del
valor doble de los tantos en campo contrario, ganar, aunque sea por la mínima y encajando, cotiza al alza y prima sobre la
portería a cero. El choque se calentó un poco, pues ninguno renunciaba a esa agresividad que, bien medida, desequilibra casi tanto como la calidad. Eso sí, el peligro era cundiese la precipitación, como en dos transiciones prometedoras que no finalizaron bien
Sabaly y Juanmi. Entre ambas, Lindstrom estuvo a punto de aprovechar un error en la salida de
Guido, corregido por
Pezzella.
Cumplida la media hora, el acierto se desataría, repartido por desgracia para los intereses hispalenses. Primero,
Fekir completaba con un zurdazo ajustadísimo a la red una gran contra conducida por
Canales, pero, a renglón seguido, un fallo de
Edgar y el posterior (e inoportuno) resbalón de Germán permitirían a
Kamada empujar a placer el 1-2, después de la asistencia del rapidísimo
Lindstrom. Quizás la
excitación se estaba imponiendo a la
ilusión, por lo que había que
remontar, claro que sí, pero seguramente después de
serenarse y redefinir las prioridades sobre el terreno de juego.
El panorama cambiaría poco de salida en la reanudación, acaso con un Eintracht más a la
expectativa, retrasando unos metros su achique para estar un nuevo error del Betis que
castigar. Por ejemplo, uno a medias entre
Ruibal, que se fue muy pronto al suelo ante Lindstrom, y el colegiado, que señaló
penalti cuando el catalán estaba con el brazo apoyado en el suelo. En España, el
VAR lo habría invalidado, pero
Guida se mantuvo en sus trece. Por fortuna,
Santos Borré lo lanzó fatal, fácil para un
Claudio Bravo que se reconciliaba con una grada exigente. A continuación, el encuentro se volvió loco, recordando a la segunda mitad ante el Atlético, hasta el punto de que
N'Dicka, al que luego le reclamaron un penalti que se fue al limbo, evitaba que
Canales fusilara a Trapp en un contragolpe trazado por
Fekir y Juanmi, al tiempo que
Kostic la cruzaba en exceso en otro mucho más desigual (cinco contra dos).
No renunciaban los locales al
vértigo, asumiendo muchos riesgos, pero confiando en su pegada. Pellegrini, con sus primeros cambios, dio su
beneplácito mientras recomponía dos de sus líneas. Y su compatriota bajo palos empezaba a recuperar sensaciones y trascendencia. El capitán de la 'Roja' volvió a hacerse
enorme ante Santos Borré en dos remates a bocajarro (el segundo, tras otro error grave de
Edgar y una dejada de tacón de Kamada) que, como la pena máxima errada anteriormente, habrían puesto la eliminatoria seriamente cuesta arriba. Visto lo visto, el 'Ingeniero' tiró de
Tello y Borja Iglesias en pos de arreglar un poco el marcador. Sin embargo,
no se intuyó casi nunca el empate, sino más bien la sentencia (enorme Bravo de nuevo a una mano ante Kostic en el alargue). Pudo ser
mejor, obviamente, pero también
mucho peor. Queda la vuelta y, ante este rival,
todo puede pasar la semana que viene en el Deutsche Bank Park.
FICHA TÉCNICA.-
Real Betis: Bravo; Sabaly, Pezzella, Edgar, Aitor Ruibal (Tello 77'); Guido Rodríguez, William Carvalho (Miranda 61'); Canales, Fekir, Juanmi (Joaquín 61'); y Willian José (Borja Iglesias 77').
Eintracht Frankfurt: Trapp; Tuta, Hinteregger, N'Dicka; Knauff, Jakic, Sow, Kostic; Lindstrom (Hauge 73'), Kamada (Lenz 78'); y Santos Borré (Lammers 86').
Árbitro: Marco Vida (italiano). Amarilla al local Fekir, así como a los visitantes Sow y Hinteregger.
Goles: 0-1 (14') Kostic;
1-1 (30') Fekir;
1-2 (32') Kamada.
Incidencias: Encuentro de ida de los octavos de final de la Europa League, disputado en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla ante 36.574 espectadores, ya sin restricciones de aforo por causas sanitarias.