No respondió la selección a las expectativas en su vuelta 23 años después al Benito Villamarín, que lució su reciente remodelación y albergó a más de 55.000 espectadores que vibraron con los destellos de Thiago, Aspas e, incluso, Dani Ceballos ('indultado' y revolucionario), apoyando como nunca a la 'Roja'.
Los de Luis Enrique reaccionaron, al menos, en la segunda mitad para maquillar lo que iba camino de ser una goleada histórica, aunque no fue suficiente para evitar la primera derrota de esta nueva era. Inglaterra, que llegó a ponerse 0-3 con una solvencia abrumadora al contragolpe, aguantó luego el chaparrón y el infructuoso asedio de un combinado español volcado con más corazón que cabeza.