Un ex del Arsenal ingresado en la UCI
El ex gunner Rosicky se encuentra en tratamiento por problemas cardíacos a consecuencia de sus malos hábitos

La vida de los futbolistas una vez que se retiran siempre traer algunos problemas a nivel de salud. Se trata de un momento muy delicado, especialmente si se ha estado en la más alta élite del fútbol mundial. Para llegar a equipos que disputan los grandes títulos como pueden ser la Champions o la Premier League, se exige una dedicación y un cuidado físico mucho más alto de lo que puede llegar a parecer. Es por eso por lo que una vez que se cuelgan las botas, resulta complicado no dejarse ir en cierta medida, no caer en un abandono físico. Porque aunque los jugadores puedan haber tenido una carrera ciertamente corta, la exigencia a la que se someten les viene desde pequeños, entonces es el primer momento en el que pueden descansar. Buen ejemplo de esto pueden ser desde Rooney hasta Eden Hazard, quienes tras anunciar su retiro han tenido grandes cambios en su físico. Otro ejemplo de esta situación, que en este caso ha sido más grave de lo normal es Tomas Rosicky, la leyenda del Arsenal que ha tenido que ser ingresado en la UCI.
Un delicado estado de salud
El jugador checo colgó las botas en 2017 después de desarrollar buena parte de su carrera deportiva en el equipo gunner, y después de pasar por el Sparta de Praga. Precisamente poco después de decir adiós al terreno de juego, para no alejarse del fútbol, se convirtió en el director deportivo del equipo. Y hace unas horas saltaba la noticia, a través de un comunicado del propio equipo checo, del ingreso del exjugador por problemas cardíacos. Él mismo, Rosicky ha achacado esta situación a sus malos hábitos, relacionados precisamente con la falta de actividad física. Además, también ha hecho hincapié en la herencia genética ya que asegura que en su familia existe una cierta predisposición a este tipo de dolencias.
De igual manera ha planteado que a pesar de su esfuerzo, de tratar de dar lo mejor de sí mismo, esta situación le ha hecho entender que debe parar un poco. No tanto frenar su actividad profesional, sino que debe empezar a preocuparse por cuidar sus hábitos, unas rutinas que le han llevado a la UCI. La buena noticia está en que todo parece haber quedado en un susto y que la operación no será necesaria. Eso sí, ha quedado claro que durante algún tiempo tendrá que dar un paso al lado en sus funciones como director deportivo.