A la luz el momento más íntimo de Ana Peleteiro
La atleta gallega logró el oro en el campeonato de Europa y después dejó un momento muy emotivo con Benjamin Compaoré y su hija

A sus 29 años, Ana Peleteiro confirmó su condición de indiscutible 'reina' del triple salto en el Viejo Continente, tras añadir este viernes al título de campeona de Europa al aire libre que conquistó el año pasado en Roma la medalla de oro en los Europeos en pista cubierta de Apeldoorn (Países Bajos).
Un triunfo que demostró que la gallega no se equivocó cuando tras los Juegos Olímpicos de París decidió dejar a su entrenador, el cubano Iván Pedroso, para regresar a su Ribeira natal y trabajar bajo la dirección de su marido, el exsaltador francés Benjamin Compaoré.
Una vez logrado el oro, Peleteiro fue aún más dura ante los micrófonos que en la pista, contando que la victoria no fue fácil debido a unos "problemas personales" que venía arrastrando. "Pese a que intentan enterrarme, me gusta resurgir de las cenizas", dijo también una siempre reivindicativa Peleteiro. Pese a todo, el triunfo fue celebrado con su esposo y su hija, dejando imágenes muy tiernas de la deportista.
Compaoré acudió al encuentro de su mujer y atleta con la hija que ambos tienen en común en brazos, la cual pasó a manos de su mamá, a la que no soltó del cuello en ningún momento. "Desde que soy madre, súperemocionante. Tenía un día de caca hoy y cuando vi a mi familia llegar en retahíla, con Lúa en brazos, me cambió el humor, me dije 'por tu niña, saca lo mejor de ti'. Y eso he hecho", dijo Peleteiro más tarde a los medios oficiales de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA).

La importancia de Benjamin Compaoré para Ana Peleteiro va más allá de ser su entrenador. "Estoy muy emocionada. Cada vez me debería importar menos, pero cada vez me importa más porque se van acabando las oportunidades. Este oro sabe a amor y sacrificio, es lo único que puedo decir. Con eso me quedo. Estoy muy contenta. En el Mundial hay más. Se la dedico a mis padres, si no estuvieran ellos, sería inviable. Y a mi marido y a mi hija. Ahora somos más un equipo que nunca, y creo que se ha visto en la pista. Si no llega a ser por Benjamin, honestamente no sé qué hubiese sido de mí en este campeonato, porque ha sido un mes muy chungo, sobre todo estos últimos días", confesó tras el triunfo. Todo una declaración de amor de la medallista olímpica y campeona de Europa.