El truco definitivo para enfriar la cerveza más rápido en verano

Uno de los mayores placeres una vez llegado el buen tiempo es disfrutar de una cerveza bien fría en el lugar indicado

El truco definitivo para enfriar la cerveza más rápido en verano
existen diversos trucos para enfriar una cerveza en cuestión de minutos - iStock

Nada mejor que una buena cerveza en un lugar privilegiado y sin preocupaciones de por medio. Es a lo que muchos aspiran llegadas las ansiadas vacaciones de verano. Con la llegada del calor, puede ser uno de los antídotos para hacer frente a las altas temperaturas. Sin embargo, una de las mayores preocupaciones está en enfriar a tiempo esta bebida, puesto que de lo contrario sería un auténtico suplicio bebérsela. Por ello, existen diversos trucos para tener siempre preparada una cerveza fría en la nevera y a tiempo para disfrutar de la playa, por ejemplo.

Existen diversas teorías, todas ellas experimentadas por los expertos en el mundo cervecero. Seguirlos puede estar en la dicotomía entre el placer y la decepción. Uno de los más conocidos está en envolver la lata o el botellín de cerveza en cuestión con un papel húmedo y meterlos en el congelador por un tiempo de diez o quince minutos. Es algo seguro si se controla el tiempo. De lo contrario, podría hacer que estalle y poner todo perdido.

Hay varias formas más para enfriar aún más rápido una cerveza. Está el truco de introducir el recipiente sobre un bol con agua, hielo y sal. De esta manera el hielo se derrite antes y por lo tanto se mezcla con el agua de manera más rápido. De tal modo que se enfría algo más rápido.

El truco de la vieja escuela está en meter directamente la cerveza en el congelador. Sin embargo, a pesar de ser una medida más práctica, esto podría hacer que varíe el sabor de la cerveza si se deja más tiempo de la cuenta. Además, puede correr el riesgo de congelarse por completo y perder todo el gas que conserva el ‘zumo de lúpulo y cebada’. Una auténtica ruina si llegase a pasar esto.

Diversos expertos recomiendan no beber la cerveza tras haber alcanzado temperaturas muy bajas. De hecho, las más industriales reflejan su consumo óptimo al encontrarse en los 4 y 7 grados. En el caso de las más artesanales, la temperatura cambia e incluso pueden llegar a alcanzar en torno a los diez grados para que despierten todos sus matices.

Por supuesto, todo influye a la hora de disfrutar de la experiencia. No es lo mismo beber una lata de cerveza, que un botellín o en una copa. En el caso de que la cerveza se sirva en otro recipiente como un vaso, una copa o una jarra, lo ideal es introducirlo previamente en la nevera para así mantener más tiempo el frío de la bebida.

Para las mentes poco brillantes, está totalmente prohibido por muchos entendidos en la materia echarle cubitos de hielo a la cerveza. De esta forma se perdería todas sus propiedades.

En definitiva, para disfrutar de una cerveza perfecta en pleno verano no hace falta esperar horas. Basta con conocer unos pocos trucos y aplicarlos bien para que cada sorbo sea un momento de auténtico placer.