Adiós a las tarjetas de crédito o los móviles, llega la nueva forma de pago
Aunque todavía puede quedar bastante para que se implante, ya están llegando avances a través de los cuales tu cuerpo podría servir para pagar, son los pagos biométricos

La tecnología genera enormes avances en todos los aspectos de la vida, que poco a poco se van introduciendo como rutinarios pero que son enormes cambios. Hace no mucho parecía casi imposible pensar en pagar con algo que no fuera el dinero en efectivo, y mucho menos, poder pagar directamente desde el móvil. Durante algún tiempo, cuando estaba en su máximo esplendor, se hablaba también de pagar en criptomonedas, que ese sería el siguiente avance para las próximas generaciones.
Sin embargo, ahora, que este sector no está tanto en primera plana, y que ha jugado muy malas pasadas a grandes inversores, parece que el siguiente paso será personalizar más los pagos. Porque uno de los problemas que ha provocado todo este progreso con las tarjetas de crédito, ha sido la falsificación de esta, o directamente el robo. Sobre todo, porque la mayoría de ellas tiene un límite hasta el cual no es necesario introducir ningún tipo de pin o identificativo para confirmar la compra. Con lo cual, en pequeñas cantidades, todos los usuarios están expuestos a que su tarjeta les sea sustraída, y hasta que no sean conscientes y la bloqueen, puedan sufrir grandes pérdidas.
Los pagos biométricos
Aunque según el último informe del Banco de España el efectivo continúa siendo el método de pago que más parte de la población utiliza, todo apunta a que es cuestión de tiempo que deje de serlo. En esa intención de hacer más seguros los pagos se podrá empezar a pagar directamente con partes del cuerpo como la cara, los ojos o el dedo, es lo que se denomina pago biométrico. Ya hay algunos países que están tratando de desarrollarlo para que se pueda implementar de cara a un futuro a medio plazo. Polonia es uno de los países donde, de la mano de Mastercard, se está probando un proyecto piloto que consiste en el pago a través del escaneo de los iris. El mecanismo utilizado es a priori como un datáfono, pero lleva integrada una cámara para escanear los ojos.
Es un método mucho más sencillo de lo que parece porque para poder hacerlo, el usuario solo necesitaría ir a su banco para registrar sus datos. Sería tan sencillo como que le tomaran las huellas dactilares o que le escanearan los ojos. La parte más complicada para su aplicación es la parte de los comercios que tendrían que instalar un sistema equipado con lectores compatibles, para que el pago pudiera confirmarse en cuestión de segundos, como ocurre actualmente con la tarjeta de crédito.