El pueblo con menos habitantes de la provincia de Sevilla: a pocos kilómetros de la capital

Está muy de moda la lucha por la 'España Vaciada'. Es uno de los graves problemas a los que se enfrenta nuestro país, casi igual de importante que el tema de la vivienda y demás asuntos que actualmente tanto preocupan a la sociedad. En casi toda España podemos ver este problema y por ello, en la provincia de Sevilla no hay esta excepción.

Según los datos del INE, en el pasado 2024 se registraron datos censales de todos los municipios de la provincia de Sevilla, señalando el pueblo de El Madroño como el que menos población contaba. En total, solo cuentan con 305 habitantes. Además, también se caracteriza por ser el pueblo con mayor edad de media de toda la provincia.

Situado en la comarca de El Corredor de la Plata, este municipio sevillano ofrece un paisaje diverso, donde se combinan cerros, dehesas, extensas zonas de encinares y terrenos dedicados principalmente a la agricultura y la ganadería. Está a poco más de 70 kilómetros de la capital, de Sevilla, a una hora en coche. Su nombre proviene de la abundancia de madroños que caracterizaban la zona donde se establecieron los primeros pobladores de esta pequeña pedanía.

El Madroño, que hasta 1921 formó parte del término municipal de El Castillo de las Guardas, logró su independencia en ese año y actualmente incluye bajo su jurisdicción varias aldeas, como El Álamo, Juan Antón, Juan Gallego y Villagordo. Entre sus principales atractivos se encuentra el Embalse del Jarrama, ubicado a pocos kilómetros del núcleo urbano. Además, en la aldea de El Álamo, se halla el monumento natural conocido como la Encina de los Perros, un impresionante árbol cuya sombra puede abarcar hasta 600 metros cuadrados. Este enclave se ve enriquecido por su proximidad al Paisaje Protegido del Río Tinto, que añade un valor adicional a su belleza natural.

Para los amantes del senderismo, una de las rutas más destacadas es el Camino de los Camellos, que une El Madroño con El Castillo de las Guardas. En cuanto a su patrimonio cultural, resalta la Iglesia de San Blas, dedicada al patrón de la localidad, que constituye un punto de interés histórico y religioso para los visitantes.

En definitiva, un lugar que pese a ser el municipio con menos habitantes de la provincia de Sevilla, también tiene su encanto. Le siguen municipios como San Nicolás del Puerto, Castilleja del Campo o El Garrobo, que son de las pocas localidades que no llegan a superar los mil habitantes. Un ejemplo más de los tantos pueblos que se encuentran prácticamente vacíos en nuestra actualidad.