El pueblo andaluz con cañones de agua ideal para bañarse en verano

Dentro de la provincia de Granada, esta localidad próxima a la Sierra de Cázulas, es un paraíso natural que muy pocos conocen

El pueblo andaluz con cañones de agua ideal para bañarse en verano
Una de las fuentes de agua que pasa por Otívar - Mancomunidad de la Costa Tropical de Granada

Con la llegada del verano el sur de España se convierte en un hervidero y el calor hace mella a medida que avanzan los días. Es por ello, que muchos buscan el frescor que aportan algunos lugares significativos. Desde playas, piscinas y cascadas que ayudar a refrescarse con un baño. Es por ello que en Andalucía existen lugares privilegiados para poder pasar las altas temperaturas de la mejor manera posible. En el municipio granadino de Otívar encontramos uno de los mejores lugares para hacerlo.

Esta localidad, situada al pie de la Sierra de Cázulas y de la de Almijara, es una de las localidades que pasan un tanto desapercibidas. Fruto de esta particularidad del terreno hace que por el pueblo otiveño pasen fuertes cañones por sus alrededores. Es por ello por lo que es sin duda un paraíso desconocido, con cascadas y piscinas naturales, ideal para visitar en verano.

El mayor tesoro de Otívar es, sin duda, el Río Verde. Su cauce atraviesa montañas escarpadas formando una serie de pozas de aguas turquesa, saltos de agua y cascadas que atraen cada año a amantes del senderismo, el barranquismo y el baño en plena naturaleza. El entorno es ideal tanto para hacer rutas sencillas a pie como para los más intrépidos que se atreven a descender el barranco entre toboganes naturales y paredes verticales.

Pero Otívar no solo es agua y montaña. El pueblo, de casas encaladas y calles tranquilas, conserva todo el sabor de la vida rural andaluza. Pasear por sus calles es encontrarse con miradores naturales, huertas repletas de frutas tropicales como aguacates y chirimoyas, y una hospitalidad que se respira en cada rincón. Desde aquí se puede disfrutar de panorámicas espectaculares del valle y de las sierras colindantes, especialmente al atardecer.

En cuanto a gastronomía, la localidad granadina no decepciona. Sus platos tradicionales —como las migas, el choto al ajillo o las gachas— conviven con productos locales de temporada, y todo se acompaña con vinos y aceites de la zona. Además, en verano, el pueblo celebra sus fiestas patronales en honor a San Antonio, donde no faltan verbenas, procesiones, música y comidas populares.

Su cercanía a la costa mediterránea (a menos de 30 minutos en coche de la localidad de Almuñécar) y a Granada capital (a poco más de una hora) lo convierten en un punto perfecto para combinar montaña y mar en una misma escapada. Una visita obligada de cara a este verano.