Una de las canciones que más ha sonado en el verano que acaba de terminar ha sido ´
La Gozadera´, en la que, a modo de prosopopeya, se describe cómo los países latinoamericanos se van sumando a una fiesta de cante y baile. Y esos aires alegres han llegado al
Castilleja de la mano de Dino, un cubano de 23 años que inició lo que fue una verdadera gozadera el pasado domingo en el Antonio Almendro con el primer gol al Córdoba B de los
cuatro que le acabarían cayendo. Ya se dejó ver en jornadas anteriores que el Castilleja podía competir en Tercera a pesar de ser un recién llegado, y fue Dino ante el filial cordobesista quien "lo confirmó", parafraseando el tema de Marc Anthony.
"Es verdad que hemos empezado contra equipos que estarán arriba, pero a pesar de eso se nos escaparon puntos contra ellos. Nos faltaba la confianza de ganar nuestros tres primeros puntos y quitarnos el miedo a la categoría, y eso ocurrió contra el San Juan", dice
Dino Santiago Corugedo Orosa, quien da "la clave" para que se viva un bonito año en el
Camino del Solís: "Está en la unión. El míster ha hecho muy buen grupo, hay muy buen rollo y confío en lograr la permanencia. Creo que podemos ser una de las sensaciones y estar incluso entre los diez primeros".
¿Y qué hace un
cubano jugando en el fútbol provincial sevillano? Como en muchas historias, el
amor tiene la respuesta. "Yo había jugado en todas las categorías inferiores de la selección de Cuba, pero las leyes de allí son complicadas, así que pedí la carta de liberación y me vine a España cuando tenía 18 años porque mi novia Leticia, que es medio cubana y medio española, trabaja en Sevilla", relata Dino, cuyo destino estaba en el Aljarafe primero, y en Alemania después: "Llegué y empecé a probar suerte en el Castilleja, con el que jugué un año en
Primera Andaluza. Luego me salió la oportunidad de irme al
FC Braunschweig, un equipo cercano a Hannover y que también juega en categorías provinciales, y decidí irme porque económicamente me venía mejor que aquí. Allí pasé dos muy buenos años, me pusieron en un curso para aprender alemán incluso, pero llegó un momento en el que pensé: ¿Qué hago jugando a diez grados bajo cero? Era demasiado para un cubano...".
Debut tardíoAsí que Dino le puso fin a su etapa en tierras teutonas el pasado verano y cogió el avión destino, otra vez, España. "Hablé con
José Antonio Granja y me dijo que contaba conmigo, aunque la primera jornada no la pude jugar porque no había llegado el tránsfer, así que debuté en
Arcos", recuerda el delantero sobre un partido en el que marcó y en el que se lesionó por un golpe en las costillas. Le tocó reaparecer en el primer triunfo del Castilleja en el curso, que era también el primero en categoría nacional, logrado en el Primero de Mayo.
La relación de
Cuba con el deporte es realmente curiosa. País que destaca en varios deportes, como
atletismo, voleibol o béisbol, además de colgarse varias medallas en los Juegos Olímpicos, no es el fútbol precisamente una de las prácticas más habituales entre los cubanos. Dino es consciente de ello, y así lo explica. "La mayoría de los futbolistas cubanos que son profesionales acaban desertando a otros países, como Estados Unidos, México o Canadá. En la segunda división estadounidense, por ejemplo, hay jugando muchos cubanos. En las categorías inferiores de Cuba hay un nivel aceptable, pero no se foguean con futbolistas de calidad, no ven otro fútbol y, además, las condiciones no son buenas", admite el habanero, que espera que la apertura de las relaciones con Estados Unidos "cambie las condiciones" del fútbol de su tierra.
Mientras eso ocurre, Dino seguirá goleando para el Castilleja y
entrenando a los
benjamines del club blanquiazul, faceta en la que se estrena este año: "Me gustaría dedicarme a esto de entrenar".