La extensión de Lara en el campo

El Torreblanca debutó en División de Honor con un valioso empate en Peñarroya-Pueblonuevo, si bien en el seno del vestuario blanco entienden que "pudo ser mejor por cómo se dio el partido".
"Empezamos mal, con un fallo de concentración que nos costó el 1-0, pero en el segundo tiempo mostramos la imagen del año pasado, siendo una piña y estando muy bien con el balón en los pies", explica David Silva, capitán del Torreblanca y voz más que autorizada para explicar que "el calor y el largo viaje" también jugaron en contra de un Torreblanca cuyo objetivo "es la permanencia": "Lo que logramos el año pasado fue un regalo porque no era lo que buscábamos en un principio. Este año iremos a competir a todos los campos; si lo damos todo y no dejamos nada en el vestuario, nos vamos a casa contentos".
Y en casa, precisamente, es como se siente este vecino de Montequinto, que ya lleva ocho años en Los Caños, y ahora portando el brazalete de capitán. "Muchos jugadores jóvenes tuvieron buenas ofertas económicamente y de categorías superiores para irse, pero se quedaron, y es para valorarlo. A mí, sin embargo, no me llamó ni Vodafone (risas), porque ya lo dije el año pasado, que no me iba. José Antonio Lara es mi amigo, me considero una extensión suya en el campo y, al final, son los grupos humanos los que ganan", sentencia David Silva.
"Empezamos mal, con un fallo de concentración que nos costó el 1-0, pero en el segundo tiempo mostramos la imagen del año pasado, siendo una piña y estando muy bien con el balón en los pies", explica David Silva, capitán del Torreblanca y voz más que autorizada para explicar que "el calor y el largo viaje" también jugaron en contra de un Torreblanca cuyo objetivo "es la permanencia": "Lo que logramos el año pasado fue un regalo porque no era lo que buscábamos en un principio. Este año iremos a competir a todos los campos; si lo damos todo y no dejamos nada en el vestuario, nos vamos a casa contentos".
Y en casa, precisamente, es como se siente este vecino de Montequinto, que ya lleva ocho años en Los Caños, y ahora portando el brazalete de capitán. "Muchos jugadores jóvenes tuvieron buenas ofertas económicamente y de categorías superiores para irse, pero se quedaron, y es para valorarlo. A mí, sin embargo, no me llamó ni Vodafone (risas), porque ya lo dije el año pasado, que no me iba. José Antonio Lara es mi amigo, me considero una extensión suya en el campo y, al final, son los grupos humanos los que ganan", sentencia David Silva.