Luisma Sánchez4 min lecturaA sus 33 años, Víctor Laguardia aún se está acostumbrando a la idea de ser un exfutbolista. A pesar de su juventud, una lesión en la rodilla lo llevó a tomar la difícil decisión de poner fin a su carrera, que contaba con un legado destacado, incluyendo dos ascensos a Primera División con el Deportivo Alavés.
Hoy en día, Laguardia no está desconectado del fútbol, sino que trabaja como adjunto a la secretaría técnica y se encarga de las relaciones institucionales del club vitoriano. Se le podría considerar como un "embajador del club" debido a su compromiso y dedicación a la institución. El exjugador del Deportivo Alavés ha hecho un repaso de su trayectoria en una entrevista para El Correo.
Cuando se le pregunta sobre lo que más extraña de su época como jugador, Laguardia menciona la convivencia diaria en el vestuario, un lugar lleno de complicidad. Aunque reconoce que esa relación ha cambiado, sigue manteniendo un fuerte vínculo con sus antiguos compañeros. Sin embargo, lo que realmente añora es la competición en sí.
A pesar de su retiro, Laguardia no ha abandonado el entrenamiento por completo. Después de un período de desconexión de tres meses, ha vuelto al gimnasio, aunque ahora disfruta de una mayor libertad en lo que respecta a su alimentación y estilo de vida, lo que le brinda una sensación de liberación.
La lesión en la rodilla fue el factor determinante para su retirada, ya que los dolores en la articulación se volvieron insoportables. A pesar de ello, Laguardia reconoce que muchos jugadores experimentan dolor en sus carreras, y la competencia y la adrenalina en los partidos pueden ayudar a paliar ese malestar.
En cuanto a su decisión de retirarse a los 33 años, Laguardia reconoce que el fútbol ha cambiado gracias a los avances médicos, la prevención y la nutrición, lo que ha permitido que las carreras de los futbolistas se alarguen. A pesar de ello, sus lesiones anteriores en la rodilla y su deseo de tener el control sobre su retiro lo llevaron a tomar la decisión más responsable.
El momento definitivo que lo llevó a retirarse fue el ascenso con el Deportivo Alavés. Fue un momento de ensueño después de haber vivido un año complicado. Para Laguardia, ese logro fue el punto culminante de su carrera y decidió que era el momento adecuado para retirarse.
A pesar de su retiro, Laguardia no puede evitar sentir una profunda gratitud por su carrera, que incluyó 179 partidos en la Primera División, dos ascensos y una participación en el Mundial sub-20. Aunque hubo una espina clavada, la final de la Copa del Rey con el Alavés, se siente orgulloso de su trayectoria y no cambiaría nada de su experiencia.