La cláusula en el contrato que hace saltar por los aires lo de Nico Williams
El Atheltic Club, que llevaba semanas trabajando en silencio con la renovación, aprovechó el momento para convencer a Nico Williams y su representante, una vez que el Barcelona se negara a incluir en su contrato una cláusula liberatoria por si no podía inscribirlo en LaLiga


El Athletic Club gana. El conjunto bilbaíno sorprendió el pasado viernes a todos anunciando definitivamente la renovación de un Nico Williams que firma como rojiblanco hasta 2035, con una mejora de sueldo y una subida de su cláusula de rescisión en un 50% que en cierta manera sirve para blindarlo. Al menos por el momento, pues los algo menos de 90 millones de euros en los que se tasa su libertad siguen siendo una cifra asequible para los grandes de Europa, si el pequeño de los Williams sigue la proyección que se le espera sobre el verde.
Al FC Barcelona, eso sí, se le complica sobremanera, tras varios mercados en los que lleva tratando de echarle el lazo; el primero de ellos, incluso, gratis, aprovechando que acababa contrato. Una auténtica sorpresa en la 'Ciudad Condal', donde llevaban días con la maquinaria mediática a todo gas, tratando de desgastar a los protagonistas y de conseguir el 'dead line' en los términos en los que buscaban, sin tener que afrontar su anterior cláusula -de 62 millones de euros teniendo en cuenta el IPC- de una tacada.
Y es que la noche del pasado 3 de julio resultó bastante movida en Bilbao, donde el Athletic Club y sus rectores se movieron con total discreción -todo lo contrario que Deco, Laporta y los suyos- para tratar de dar por zanjado lo de Nico Williams, que desgraciadamente se había convertido ya en el culebrón del verano que todos pretendían evitar. Y es que con el Barcelona de por medio, denuncian, eso es prácticamente imposible.
Hacía semanas que el Athletic Club estaba trabajando en silencio el asunto, mientras que desde Barcelona se seguía contraatacando con sus habituales formas y modos de presión. Las opciones rojiblancas se potenciaron prácticamente en el mismo momento en el que Nico Williams dio el visto bueno a su agente para jugar en el Camp Nou junto a su amigo Lamine Yamal, reuniéndose Félix Tainta el 13 de junio con Deco en un hotel del centro de Barcelona. Allí el agente del extremo explicó las intenciones del extremo, al mismo tiempo que hizo ver al director deportivo culé las dudas sobre los posibles problemas a la hora de ser inscrito para el inicio de la temporada. Algo sobre lo que Deco no pudo comprometerse.
Mientras que Deco sí le transmitió al agente de Nico Williams que no habría problemas para pagar la cláusula llegado el caso -el agente nunca negocia ese punto-, sí se mostró más dubitativo sobre la inscripción en tiempo y forma. A eso, además, se sumaron las presiones públicas por parte del Athletic Club haciendo ver que fiscalizarían todos los movimientos culés y las declaraciones de Javier Tebas, presidente de LaLiga, advirtiendo de los problemas azulgranas.
En ese contexto beligerante, donde los pasos del Athletic Club ante LaLiga y la RFEF fueron en aumento, el FC Barcelona daba por hecho el fichaje de Nico Williams mediante el pago de su cláusula, la cual no acababan de abonar, al mismo tiempo que jugaban sus cartas de manera mediática. Ante la espera, Félix Tainta, representante de Nico Williams, propone incluir en el contrato de Nico Williams por el FC Barcelona una cláusula de liberación en caso de no ser inscrito, algo similar a lo que Dani Olmo tenía en su contrato cuando firmó como azulgrana y a lo que, en este caso, el Barcelona se negó en rotundo. Un momento clave en la negociación, pues la no inclusión de esa cláusula hizo saltar todo por los aires.
Fue en ese momento, precisamente, cuando el Athletic Club aceleró en sus pretensiones de renovar a Nico Williams, convirtiéndolo en el gran 'fichaje' rojiblanco para el Athletic Club de Champions, ofreciéndole el contrato más elevado en la historia del club y una renovación por diez años, lo cual Nico Williams acabó aceptando, al tiempo que el club se comprometió a que su imagen no quedara dañada ante la afición, que ya en estos días había realizado algunas pintadas contra su persona en el mural de Barakaldo. Por ello, también, el aprovechar dicho escenario para el anuncio de su renovación. Una negociación tensa, muy tensa, en la que resultó clave la cláusula que el Barcelona no quiso incluir en su contrato como culé.