El primer intento de 'fuga' de Ansu Fati y un pronóstico de quien lo conoce bien
Ofrecido en varios mercados al Sevilla y en los más recientes también al Betis, las lesiones y alguna que otra mala decisión han frustado la carrera del hispano-guineano, que todavía tiene 22 años

Eterno objetivo de un Sevilla FC que lo disfrutó apenas unos meses cuando acababa de llegar a España y deslumbraba con la Escuela Peloteros, alguien que lo conoce bien cuenta que estuvo a punto de marcharse del FC Barcelona nada más aterrizar. Finalmente, aquella situación se recondujo felizmente y Ansu Fati alcanzó por méritos propios el primer equipo culé y la selección absoluta española... hasta que una desgraciada entrada del bético Aïssa Mandi en un partido de la 20/21 en el Camp Nou le dejó diez meses K.O., pese a serle diagnosticado inicialmente 'solamente' una rotura del menisco interno, dolencia que generalmente se solventa en cinco veces menos tiempo de rehabilitación. Desde entonces, encadenó un calvario de lesiones (hasta una decena en menos de cuatro años) que le hizo perder casi todo lo ganado. Entonces, su altísimo caché y un rendimiento tremendamente inferior le llevaron al ostracismo.
Parecía remontar el vuelo en la 22/23, que abrochó con diez goles y tres asistencias en 51 partidos, aunque enseguida volvería a unas indeseadas andadas y tuvo que buscar fortuna en el Brighton, reclamado por Roberto de Zerbi. La experiencia no fue grata y, quizás por ello, el hispano-guineano ha puesto muchas trabas a cualquier experiencia lejos de Can Barça. Y eso que antes Xavi Hernández y ahora Hansi Flick le dejaron claro que sería el último en sus rotaciones arriba, opacado por la deslumbrante aparición de un igual como Lamine Yamal y la pegada de Raphinha. No obstante, sin ellos en la ecuación (muy pocas veces, eso sí), Ansu Fati continúa con 187 minutos en lo que va de ejercicio, los últimos hace casi tres meses en la Copa del Rey ante el Barbastro, pero no puso precisamente de su parte para marcharse, pese a que volvió a ser ofrecido a los nervionenses y, esta vez, al Real Betis.
Alguien que lo conoce bien, José Mari Bakero, contaba en el programa de Ser Barcelona 'Què T'hi Jugues' una anécdota sobre la posición del joven artillero, que aún tiene 22 años: "Yo también le tengo mucho cariño, porque lo he tenido casi de niño. Que os cuente el padre la primera vez que lo pusimos en banda; Bori me dijo 'me lo llevo fuera'. Y yo le dije 'pues llévatelo'. Porque era pequeñito, jugaba de delantero, en punta, y entonces yo le decía que el año siguiente los cadetes medirían 1,90 y su hijo no llegaba a 1,70. Desde banda yo creía que iba a jugar mejor. Lo hablé con el entrenador del juvenil y me dijo que también pensaba que era perfecto. Y luego se salió. Al final son los jugadores los que... Tú puedes tener una idea, pero si el jugador no te la compra o no tiene calidad para hacer eso, olvídate. Osea que el mérito es suyo, no mío".
También se refirió el mítico ex centrocampista azulgrana y entrenador de fútbol base, amén de director de la cantera del Barça, al gran hándicap de Fati: "Hablando de las lesiones, creo que son muy diferentes. Ahí tienes a Dembélé, ahora con 27 años, que otra vez podría fichar el Barcelona por su rendimiento... Nadie habla de él ahora porque ha estado aquí, pero, si no, igual la gente diría 'oye, pues ¿por qué no fichamos a Dembélé, que es un extremo fantástico?'. A determinadas edades y, sobre todo, por temas musculares, de formación, de la estructura fisiológica, una mala recuperación de una lesión, jugar antes de tiempo... Todo eso te puede llevar a este tipo de cosas. Ansu tiene un talento natural y espero que pase como con Dembélé, que con el tiempo, espero que sea antes, pueda recuperar todo. Primero, mentalmente, porque seguramente tiene un castigo importante, y es así. Aunque, cuando no tienes, es difícil poder recuperarlo. Y él lo tiene".