Así se vivió la final en el Benito Villamarín: del éxtasis a la pena
La afición del Real Betis vivió el partido en la gradas del Benito Villamarín a través de una pantalla gigante, pasando de la ilusión a la decepción como los aficionados que viajaron a Breslavia

Betis
Chelsea

A casi 3.000 kilómetros de distancia de Breslavia, donde miles de béticos poblaban las gradas del estadio Wroclaw, otros 56.000 aficionados verdiblancos llenaban las gradas del Benito Villamarín, que abría sus puertas para acoger a su gente ante una cita con la historia. A través de varias pantallas gigantes, la historia tenía un comienzo muy feliz, con un gol de Abde a los 10 minutos que el Benito Villamarín gritó y celebró como si hubiera sucedido en la portería Gol Sur.

Los miles de béticos se abrazaban, saltaban y gritaban ante el tempranero gol del hispano-marroquí. También nervios, como es lógico, con algo de respiro al descanso, donde las caras de tensión dieron paso a una sonrisa viendo que tan solo 45 minutos le separaban de la gloria europea.
Pero el partido en la segunda parte fue distinto. El Chelsea subió el ritmo, le funcionaron los cambios a Enzo Maresca y en cuestión de cinco minutos, con Palmer asistiendo y Enzo Fernández y Madueke finalizando, el conjunto inglés le daba la vuelta al marcador ante la incredulidad del Benito Villamarín.

Tocaba remar y buscar el empate pero en el 83' acabaría llegando la sentencia con el golazo de Jadon Sancho. Con el 1-3 buena parte de la afición comenzó a desfilar por las escaleran siendo consciente de que el sueño de ir a celebrar a Plaza Nueva ya se había esfumado por completo, un sueño que acabó siendo más cruel cuando Caicedo, en el tiempo añadido hacía el cuarto para los ingleses, dejando ya unas caras indescriptibles en los valientes que aguantaron hasta el final del partido en la grada del Villamarín.

El Betis termina con una racha europea de casi un cuarto de siglo
El Betis perdió este miércoles por 1-4 ante el Chelsea en la final de la Liga Conferencia, una derrota que termina con una larga racha de éxitos españoles en las grandes finales continentales que inició el Real Madrid en 2002 y que cierra el equipo sevillano en Breslavia, Polonia.
Un año antes, en 2001, se marcó un antes y un después de una edad de oro del fútbol español, más concretamente en el Viejo Continente: a partir de ese trágico año, y hasta este miércoles, los conjuntos hispanos derrotaron a todos los rivales a los que se enfrentaron en finales europeas.El 16 de mayo de 2001, el Alavés perdió por 5-4 ante el Liverpool en la final de la Liga Europa, mientras que una semana más tarde (23 de mayo de 2001) el Valencia cayó en la tanda de penaltis (4-5) ante el Bayern de Múnich en la final de la Liga de Campeones tras quedar 1-1 en el partido.