Canales ahonda en la razón de su adiós al Betis: "Me sentía amargado, me ponía a llorar"

A todos resultó muy extraño que Sergio Canales, con contrato hasta 2026 tras una renovación a bombo y platillo anunciada en vísperas de las Navidades de 2021, decidiese apenas un año y medio después romper con todo para marcharse a México. Los Rayados de Monterrey aparecían como tabla de salvación para uno de los capitanes del Real Betis, que había suscrito la simbólica cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros para ejemplificar su compromiso, pero que no dejó ni 10 millones (contando traspaso entre fijo y variables, más otros conceptos) en las arcas verdiblancas. En su día y casi siempre desde entonces al referirse al tema, el cántabro aludía a un cambio de ciclo y la necesidad de nuevas aventuras, si bien, precisamente por no poner luz y taquígrafos, se han desatado todo tipo de especulaciones, desde una presunta pelea en un entrenamiento con Luiz Henrique que separó el vestuario a una incomodidad del club por el empeño en llevar su sanción a los tribunales ordinarios.

También una especie de desapego con Manuel Pellegrini, del que ha seguido hablando maravillas, como de sus antiguos compañeros y ellos de él. Con la institución tampoco han existido reproches, hasta el punto de aceptar gustoso la invitación, por ejemplo, de que presentara y animara al que había sido colega unos pocos meses en Nuevo León, el nuevo fichaje heliopolitano Nelson Deossa. Habitualmente, el mediapunta ex madridista y ex che había pasado de puntillas por las razones reales de que acelerara su marcha de La Palmera hace algo más de dos años, de la que ha dado algún detalle extra durante su intervención en el podcast 'We Are Brave', sincerándose al menos sobre sus sentimientos, aunque es cierto que guardándose todavía para sí mismo por el momento la causa principal de que renunciara a tres temporadas de vinculación por un salario que no iba a ser mucho mayor y en una Liga claramente menor.

"Recuerdo que jugamos un partido en Almería. Llego a casa y, aunque habíamos ganado y metí un gol espectacular, creo que quedamos 1-2 o 2-3, no me acuerdo... de repente me pongo a llorar a saco. Y dije, 'no sé por qué no soy feliz'. Vamos, increíble. Digo '¿cómo puede ser?' Hemos ganado, metí un golazo increíble, estoy espectacular. ¿Y no soy feliz? Digo 'no sé qué me pasa. Me siento amargado, pero totalmente amargado'. Y me pasó esa temporada varias veces que llegaba a casa y me ponía a llorar de... Pero no sé por qué, ¿sabes? Entiendo que sí sé por qué, pero... No sé, había algo que me superaba", asevera Canales, que entiende que también dependía de él mismo: "Es verdad que el Betis me lo tomé como algo tan personal... Llegó a meterse tanto dentro de mí ya el ser bético y me hice tan responsable o me puse tanta responsabilidad, obviamente (me la puse yo), que dices 'guau, me está superando'. Ganamos la Copa, hice creo que cinco años increíbles, todo. Me dejé la vida y más. Y entonces ahí pues me doy cuenta de que necesito un cambio de aires, salir de mi zona de confort. Algo que me cueste. Un reto".