Piccini se retira y tiene claro qué equipo lleva en su corazón

Las lesiones obligan al lateral derecho ex verdiblanco a colgar las botas a las 32 años tras probarse sin éxito desde febrero con el Yverdon Sport de la Segunda suiza

Piccini se retira y tiene claro qué equipo lleva en su corazón
El florentino, que dos años después sería che, se marcha en Mestalla en la 16/17 de un Montoya que, cuatro más tarde, firmaría por el Betis. - CORDON PRESS

Un amistoso de presentación ante su afición en agosto de 2014 contra la Fiorentina de Joaquín Sánchez, que ganó 1-2 en el Benito Villamarín con tantos de Juan Manuel Vargas (que el verano siguiente hizo las maletas desde Florencia hacia La Palmera un par de semanas antes que el propio 'crack' portuense) y Khouma Babacar, bastó para que un Real Betis en Segunda división y preñado de dudas pusiese sus ojos en un carrilero de 21 años que apenas había descollado como viola. Primero, como cedido, y, ya en Primera división, a cambio de 1,5 millones de euros, los verdiblancos se hicieron con Cristiano Piccini, un esbelto jugador a quien las lesiones no han respetado a lo largo de su carrera, que ha terminado oficialmente este miércoles. De esta forma, tras intentar su suerte reflotarla desde febrero pasado en el Yverdon Sport de la Segunda división suiza, el toscano ha tirado la toalla con 32 años.

"Hoy para mí no es un día como los demás. Hoy cierro un capítulo que ha marcado toda mi vida: el fútbol. Para hacerlo, he elegido las palabras más sinceras que pude encontrar. Una carta al pequeño Cristiano. Es la forma más verdadera que tengo de contarle lo que ha sido este viaje y de decirle adiós", escribía Piccini en su perfil de Instagram, donde recibió el cariño de amigos, familiares y ex compañeros: "Querido Cristiano. Te escribo desde lejos. Desde un tiempo que ahora ni siquiera puedes imaginar. Te escribo desde vestuarios que huelen a gloria y lágrimas, desde estadios llenos que te han hecho temblar las piernas y desde habitaciones de hotel donde te has sentido más solo que nunca. Soy el tú mismo de hoy. Y tengo muchas cosas que decirte. ¿Recuerdas cuando dabas patadas al muro, en el campo detrás de tu casa, convencido de que bastaba con soñar con fuerza para llegar a lo más alto? No tenías nada, salvo un balón y un corazón que latía por el fútbol. No sabías lo difícil que sería. Y, sin embargo, nunca te rendiste. Bien hecho. Quería decirte que lo has conseguido".

Y terminaba así: "Has vestido las camisetas que de niño solo veías en la televisión. Has viajado por el mundo. Has aprendido cinco idiomas. Has vivido en ciudades cuyos nombres ni siquiera sabías pronunciar. Y sí, has cumplido tu mayor sueño: vestir la camiseta de la selección nacional. Pero no todo ha sido gloria. Hay una parte que no te han contado. La que no se ve en los sueños de un niño. Te romperás. Literalmente. Tu rodilla derecha te hará conocer el infierno. Estarás a un paso de dejarlo todo. Verás cómo tus compañeros te adelantan, cómo se esfuman los contratos, cómo se cierran las puertas. ¿Pero sabes qué? Te levantarás. Siempre. Aprenderás que el fútbol no es sólo regates y aplausos. También es depresión, soledad, maletas siempre preparadas. Es ser un número para quien te paga y un símbolo para quien te quiere. Pero, sobre todo, aprenderás que la vida es mucho más que una carrera profesional. Descubrirás el amor verdadero. Serás padre de dos niños que te mirarán como tú mirabas a tus ídolos. Y comprenderás que el mayor éxito no es un trofeo, sino volver a casa por la noche y sentir que, a pesar de todo, eres su héroe. Hoy ya no eres el niño que creía ser invencible. Eres un hombre. Tienes cicatrices, sí. Pero son las que te hacen auténtico. Son las que cuentan tu historia. Y si puedo decirte una sola cosa, pequeño mío, es ésta: nunca dejes de creer. Incluso, cuando te digan que se ha acabado. Incluso cuando te sientas perdido. Porque, cada vez que has caído, ha sido únicamente para aprender a levantarte más fuerte. Te quiero. Con orgullo, Cristiano".

El Valencia CF, donde militó tres años en dos etapas tras tres campañas completas en el Real Betis y una en el Sporting CP, se acordó de Piccini, que le correspondió reconociendo: "El equipo de mi corazón; cada vez que vestía este escudo sentía un orgullo enorme. Cuanto te quiero mi Valencia. Gracias por tanto y perdón por tan poco". Porque los futbolistas se quedan, sin duda, con lo cualitativo, ya que, cuantitativamente hablando (y eso que el antes lateral y finalmente central tuvo muchos problemas físicos que minaron su continuidad), ninguna camiseta lució más que la verdiblanca: 58 partidos oficiales (con tres goles y cuatro asistencias), por 56 duelos con el juvenil de la Fiorentina, otros 51 como che, 40 en Lisboa y 32 con Magdeburgo y Carrarese. Curiosamente, únicamente disputó uno con el primer equipo del equipo de su ciudad, Florencia.