Álvaro Palomo3 min lecturaMás allá del paso al frente del Betis para asegurar su presencia en el Viejo Continente y aspirar a la Europa League tras su victoria contra el Almería, el gran protagonista de la actualidad verdiblanca es, sin duda, Guido Rodríguez, posiblemente muy a su pesar.
Las últimas informaciones sobre un preacuerdo con el Barcelona por dos temporadas más una opcional le han situado en el disparadero al margen de que en Heliópolis hayan salido al paso de dicha noticia asegurando, en boca de Manu Fajardo, que no les consta que haya firmado nada y que sigue siendo futbolista del Betis a todos los niveles.
La realidad es que la plana mayor ha perdido prácticamente la esperanza de poder retenerlo, pues el pivote rechazó la oferta de 2,5 millones de euros por tres temporadas y, según todo lo publicado recientemente en medios nacionales en internacionales, Guido no ha querido esperar a terminar la temporada para escuchar la nueva propuesta verdiblanca en la reunión que estaba previsto a la conclusión del campeonato.
Sin embargo, todavía no hay nada firmado ni es nada oficial, y en Heliópolis se aferran a cualquier clavo ardiendo para creer en un giro de última hora, como, por ejemplo, la reacción de Guido Rodríguez a la salida del entrenamiento de esta mañana cuando los aficionados que esperaban en la puerta de la Ciudad Deportiva Luis de Sol entonaron cánticos para pedir que se quedara.
De ese modo, el de Saenz Peña se paró en la puerta para atender a los hinchas, firmar autógrafos y hacerse fotos, cuando, de repente, de forma espontánea, los béticos empezaron a cantarle el "Guido, quedáte". En ese momento, asombrado, levantó la cabeza, y se les quedó mirando con una amplia sonrisa en la que se podía apreciar sentimiento, cariño y orgullo. Fueron varios segundos, sin borrar la sonrisa de su rostro, como se puede apreciar en el vídeo de El Chiringuito, para finalmente dar las gracias de forma tímida y marcharse sin querer responder a las preguntas de los periodistas sobre el Barcelona.
La verdad es que dicha reacción con esa sonrisa resultó de lo más significativa y no cabe duda de que, si finalmente se marcha, no será una decisión sencilla para el argentino, enamorado del Betis y de su afición tras cuatro temporadas en el Benito Villamarín. Y es que, como aseguró Pellegrini, Guido seguirá jugando hasta el final y no será la última vez en la que el beticismo le pida en voz en grito que renueve para hacer historia con las trece barras.