Rafa Benítez no quiere entrar en la historia del Celta en el año del Centenario
El técnico madrileño tiene ante el Girona la oportunidad de no aparecer en los anales del club vigués con el peor arranque liguero. De no ganar en Montilivi, igualará los registros de la 1943-44 y la 1978-79, donde terminaron descendiendo

Con una sola victoria en diez jornadas, inmerso en la zona de descenso y sin celebrar un triunfo en Balaídos, el Celta de Vigo ha firmado el segundo peor arranque en LaLiga de su historia. Un triunfo, tres empates y seis derrotas es el pobre bagaje del conjunto gallego en este arranque de temporada, unos números que sólo empeoró en el campeonato 1943-44 y en la 1978-1979 con una victoria, siete derrotas y dos empates. Aquellas temporadas, el equipo terminó descendiendo a Segunda División.
De esta forma, si no gana en Girona igualará el peor inicio en la historia del Celta. Y analizando los dos precedentes anteriores, en la planta noble de Balaídos se temen lo peor en el año del Centenario. En aquellas temporadas el entrenador se mantuvo el cargo durante todo el año, por lo que ahora la decisión podría ser otra totalmente distinta.
El ilusionante proyecto que tenían en la entidad celeste con Rafa Benítez al frente podría venirse abajo cuando ni siquiera se ha disputado el primer tercio de la temporada. Y lo peor es que la confianza en el madrileño fue tal que le firmaron para las próximas tres temporadas, por lo que en caso de destituirle deberán pagarle una importante indemnización.
Por el momento, tanto la directiva que preside Marián Mouriño como la afición no se han pronunciado en su contra, viendo que el preparador ex del Valencia y Liverpool, entre otros, no está teniendo la culpa de la mala fortuna que están teniendo los vigueses. Pero el tiempo y las jornadas van pasando y ya el año pasado se sufrió demasiado. Hasta la última jornada.
Pero Rafa Benítez sabe que en el fútbol los resultados mandan y que su panorama podría cambiar si este próximo viernes (21:00 horas) no vence al Girona en Montilivi. Un cuadro gerundense que llegará con la moral por las nubes tras su remontada ante el Almería (5-2) y compartir liderato con el Real Madrid.
Y como muestra de su preocupación, un botón. El que se pudo ver en el momento del cambio de Iago Aspas en el choque ante el Atlético de Madrid. Viendo el cabreo del capitán celeste, se fue detrás suya para consolarle y explicarle dicha decisión con el partido en juego. Y es que el técnico del conjunto vigués sabe que si alguien puede salvarle las castañas del fuego en estos momento ese es Aspas. Aunque lleve siete meses sin ver puerta, el delantero sigue demostrando su calidad en cada partido y nadie duda de su olfato de gol pese a llevar 21 partidos sin marcar. El último que celebró en LaLiga fue el pasado 18 de marzo en el estadio del Espanyol.