El Elche se estrella tras la subida: Sarabia firma su peor racha desde que llegó
El conjunto ilicitano atraviesa su momento más delicado de la temporada tras encadenar tres jornadas sin ganar y dos partidos consecutivos sin marcar

Hace apenas un mes, el Elche era una de las sensaciones de LaLiga EA Sports. Instalado en puestos europeos y con siete jornadas invicto, el equipo de Eder Sarabia parecía haber encontrado la fórmula del éxito. Sin embargo, el paso de las semanas ha traído un frenazo inesperado. La derrota ante el Espanyol (1-0), unida a los tropiezos frente al Deportivo Alavés (3-1) y al Athletic Club (0-0), ha dejado a los franjiverdes sumidos en su peor racha desde la llegada del técnico bilbaíno al banquillo del Martínez Valero.
En total, un punto de los últimos nueve posibles y la sensación de que el equipo ha perdido parte del brillo que lo caracterizó en el arranque liguero. El conjunto ilicitano ha pasado de ser invencible a mostrarse frágil, sobre todo lejos de casa, donde sigue sin conocer la victoria tras cinco desplazamientos.

El bajón en los números del Elche
Los datos son claros: el Elche no gana desde su triunfo ante el Celta (2-1) y acumula ya dos encuentros sin ver portería, un hecho inusual en un equipo que había marcado en todos los partidos de las primeras siete jornadas. Además, los errores defensivos se han multiplicado. En Vitoria, ante el Alavés, el equipo cuajó su peor actuación del curso, mientras que en Cornellà, pese a competir de tú a tú con el Espanyol, la falta de acierto volvió a condenarles.
El balance de las últimas tres fechas —un empate y dos derrotas— ha provocado una ligera caída en la tabla. Pese a ello, el Elche sigue en una posición cómoda: es el mejor de los recién ascendidos, con 14 puntos tras diez jornadas, y mantiene un colchón de cinco sobre el descenso. Aun así, el frenazo ha encendido las alarmas en el entorno del club.

Sarabia no se esconde
Eder Sarabia no ha querido maquillar la situación. El entrenador franjiverde ha sido autocrítico en sus comparecencias más recientes, asumiendo la responsabilidad y exigiendo una reacción inmediata a sus jugadores. “Venimos de una racha espectacular, pero hemos hecho un borrón importante”, reconoció tras la derrota ante el Alavés. Días después, tras caer frente al Espanyol, volvió a insistir en el mismo mensaje: “Hemos estado muy lejos del equipo que queremos ser”.
El técnico, eso sí, evita dramatizar. Sarabia recuerda que el Elche sigue superando las expectativas y reitera que su objetivo va más allá de la mera permanencia. “No quiero poner límites ni hablar de descenso”, ha repetido en más de una ocasión, subrayando que su análisis “va más allá de los resultados” y que lo importante es mantener el estilo y la intensidad que caracterizan al equipo.

Un calendario exigente para el Elche
El calendario que se avecina no invita precisamente al optimismo. El Elche afronta un mes de noviembre de vértigo en el que se medirá a tres de los equipos más potentes del campeonato. Este sábado visitará el Olímpic Lluís Companys para enfrentarse al Barcelona, antes de recibir a la Real Sociedad y al Real Madrid en el Martínez Valero. Cerrará el mes con otro compromiso exigente frente al Getafe en el Coliseum.
Antes de esa serie de duelos, el conjunto ilicitano buscará recuperar sensaciones en la Copa del Rey, donde se medirá a Los Garres el próximo miércoles en Murcia. Una oportunidad para romper la dinámica negativa y, de paso, dar minutos a los menos habituales.

Objetivo: recuperar la identidad de Eder Sarabia
El mensaje de Sarabia es claro: el Elche debe reencontrarse con su versión más reconocible, la que le permitió competir de tú a tú con rivales de mayor presupuesto. El reto pasa por reforzar la solidez defensiva, recuperar la pegada que le caracterizó en el inicio y evitar los errores que están lastrando sus partidos. “Tenemos que volver a ser el equipo que fuimos”, insisten desde el vestuario.
El técnico bilbaíno sabe que el margen de error es mínimo. Y aunque la clasificación aún le sonríe, el calendario que se avecina pondrá a prueba la verdadera fortaleza del proyecto ilicitano.