Amelia confiesa: "Me daba asco el fútbol hasta que apareció Mourinho"

El exguardameta italiano repasó su carrera y desveló cómo José Mourinho le convenció para seguir jugando cuando ya pensaba en dejar el fútbol

Amelia confiesa: "Me daba asco el fútbol hasta que apareció Mourinho"
Marco Amelia se rinde en halagos a Mourinho - Cordon Press

Marco Amelia, campeón del mundo con Italia en 2006 y exguardameta del Milan, ha repasado su trayectoria en una entrevista concedida a La Gazzetta dello Sport. En ella, el exfutbolista recordó algunos de los momentos más especiales de su carrera, desde la conquista del Mundial hasta el día en que José Mourinho, actual entrenador del Benfica, le hizo cambiar de opinión cuando ya había decidido colgar los guantes.

Marco Amelia fue uno de los nombres menos recordados del Mundial de Alemania 2006, pero su papel fue fundamental para el equilibrio del grupo que acabó coronándose campeón del mundo bajo la dirección de Marcello Lippi. “No jugaba, pero entrenaba más que los demás. Era joven, intenté apoyar y compartir mucho con Gigi Riva. Lippi armó un grupo de 23 jugadores, y eso marcó la diferencia”, explicó el exguardameta, que incluso recordó una divertida anécdota del seleccionador: “Se metió en el estanque del campo de entrenamiento y fingió pescar un pez que el cocinero había sacado de la nevera. Algunos se lo creyeron de verdad”.

Su trayectoria no fue un camino de rosas. Después de ganar un Scudetto con la Roma sin llegar a debutar, Amelia bajó hasta la Serie C con el Livorno, un paso atrás que terminó cambiando su destino. “Esperaba quedarme en Roma, pero ficharon a Pelizzoli y decidí irme a jugar. Fue la decisión perfecta: en dos años llegué a la Serie A”, recordó. En esa etapa vivió uno de los momentos más especiales de su carrera: el gol que marcó en la Copa de la UEFA ante el Partizán, convirtiéndose en el primer portero italiano en marcar en Europa.

“No volver a la Roma, nunca me lo perdonaré”

Pese a los títulos y reconocimientos, Amelia confiesa que tiene una espina clavada: no haber regresado nunca a la Roma. “Nunca coincidieron las estrellas. Lo pienso y todavía me molesta, porque en esos años no teníamos grandes porteros”, lamentó.

En el Milan compartió vestuario con Christian Abbiati y vivió de cerca un episodio que marcó al equipo. “Ganamos 4-0 en la ida de Champions y Allegri dejó a dos porteros en el banquillo en la vuelta. Para Ibrahimovic fue una señal de mentalidad perdedora. Perdimos 3-0, pasamos por un milagro de Abbiati y algo se rompió. Teníamos diez puntos sobre la Juve y echamos a perder el Scudetto”, recordó.

Mourinho le rescató del retiro

Después de su paso por Italia, Amelia llegó a plantearse dejar el fútbol. “Me daba asco el fútbol. Volví a mi casa en Rocca Priora”, admitió. Pero entonces apareció José Mourinho, que le convenció para seguir. “Me llamó y me dijo: ‘Necesito un segundo, solo tienes que demostrar que estás bien’. A Mou no se le puede decir que no: es empático, un gran líder”.

Con dos Scudettos, un Mundial y un bronce olímpico en su palmarés, Amelia lo tiene claro: “El Mundial es algo único, pero los Juegos Olímpicos me cambiaron la mentalidad y marcaron el inicio de mis mejores años”.