Sara Portillo Maya6 min lecturaLa muerte de Maradona supuso un antes y un después en el mundo del fútbol y levantó grandes polémicas al respecto de su figura. En el fútbol era el mejor, era Dios, como muchos se encargaron de etiquetarlo. Sin embargo, algunas acciones éticamente cuestionables le convirtieron en una figura que no terminaba de gustar a todo el mundo. Tras su muerte en Argentina, concretamente Buenos Aires, se vivió un auténtico caos con un funeral multitudinario. Y eso que era 2020, año de pandemia. Fue un 25 de noviembre de 2020. La casa en que murió, ubicada en el barrio de San Andrés, era alquilada y acudió ahí unos días antes (el 11 de noviembre) después de que le operaran de un hematoma subdural en la cabeza. Pero, ¿pudieron haber hecho algo para que Maradona no muriera con 60 años? ¿Lo dejaron morir? Un tribunal de alzada de Argentina ha confirmado la elevación a juicio de la causa por la muerte del que fuera futbolista del Sevilla FC, entre otros. En dicho proceso, ocho personas serán juzgadas por el presunto delito de homicidio simple con dolo eventual. Se arriesgan a estar entre 8 y 25 años entre rejas.
Cuando Diego Armando Maradona falleció y le realizaron la autopsia a su cuerpo, se determinó que la muerte había sido consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada" y se descubrió que el corazón del que fuera capitán y seleccionador de Argentina presentaba una "miocardia dilatada". Debido a sus problemas de adicción al alcohol, Maradona había sido ingresado en una clínica de La Plata el 2 de noviembre del año en que murió por presentar un cuadro de anemia y deshidratación. Después, lo trasladaron a un centro de salud en Olivos, Buenos Aires. Fue allí donde lo operaron de un hematoma subdural. El 11 de noviembre recibió el alta y lo trasladaron a la casa en que falleció. Ahora, la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro, en Buenos Aires, ha resuelto de forma unánime rechazar las peticiones de nulidad en el proceso y el cambio de calificación legal de la causa judicial. Así lo han informado fuentes judiciales. El tribunal de alzada ha decidido de forma unánime confirmar la elevación a juicio de la investigación penal. De este modo, los ocho imputados en el caso serán juzgados por el presunto delito de homicidio simple cometido mediante dolo eventual. Todos los imputados son personas vinculadas a los cuidados sanitarios que recibió Maradona.
Hay ocho personas que se arriesgan a una pena que oscila entre los 8 y los 25 años según la legislación argentina. Son el neurocirujano Leopoldo Luque; la psiquiatra Agustina Cosachov; el psicólogo Carlos Díaz; la médica que se encargaba de coordinar los cuidados domiciliarios de Maradona, Nancy Forlini; Mariano Perroni, coordinador de los enfermeros; el enfermero Ricardo Omar Almirón; la enfermera Dahiana Gisela Madrid; y, por último, Pedro Di Spagna, médico clínico.
Carlos Fabián Blanco, juez miembro del tribunal, ha afirmado en el fallo de este martes que las pruebas que se han adjuntado a la causan permiten que se considere "consolidada" la imputación fiscal relativa a que el aporte de todos los acusados (los ocho mencionados más arriba) "habrían efectuado en el caso respecto de la salud de la presunta víctima, atendiendo al rol y a las funciones que estos habrían evidenciado" en la internación domiciliaria del exfutbolista, "habrían sido determinantes en el fatal desenlace aquí endilgado".
Sobre las penas, en Argentina el delito de homicidio simple con dolo eventual tiene una pena que oscila entre 8 y 25 años de cárcel. Este martes, en la decisión de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro se revoca la elevación a juicio por un delito de uso de documento privado falso respecto de Luque, imputado y otro delito de falsedad ideológica respecto de Cosachov, también imputada.
Claudio Omar García, exinternacional con la Selección de Argentina y amigo de Diego Maradona expresó su indignación en una entrevista con Paren la Mano. En la misma, aseguró que "se podría haber evitado la muerte de Maradona". Y continuó: "Se murió de un dolor de muela. Con todas las que pasó antes que fueron terribles... Nosotros como argentinos o hinchas del fútbol decíamos: 'Qué mal que está Diego, en cualquier momento se muere', pero cuando murió no nos lo podíamos creer". Además, aseguró que "no había un desfibrilador en la casa" y "no había una ambulancia". Sobre los cuidadores, dijo: "Los que cuidaban se creían que no se iba a dormir nunca, me cambiaron el teléfono de él ocho veces". Y continuó: "Yo hasta el día que lo operaron de la cabeza seguía hablando con Diego".