Keylor Navas, denunciado

Corren malos tiempos para Keylor Navas. El veterano portero de Costa Rica firmaba hace un mes por Newell's Old Boys de Argentina y la aventura no ha empezado de la mejor manera. El equipo rosarino viene de perder el Clásico contra Rosario Central y este miércoles confirmaba la destitución de Mariano Soso y el fichaje de Cristian el 'Ogro' Fabbiani. Una medida de urgencia ante la avalancha de críticas de una hinchada cansada de perder ante el máximo rival. Sólo han sido sido capaces de ganar un partido de los seis que se llevan librados y el resto los cuenta por derrotas. Una problemática que se une a los conflictos extradeportivos del arquero tico.

Keylor Navas apenas ha disputado cuatro encuentros con Newell's y ya sabe de primera mano la pasión con la que se vive el fútbol en el país sudamericano. Ha encajado cinco tantos y la imagen de su equipo no es la esperada. A esto se le une un espinoso asunto extradeportivo que sacude la vida del que fuera portero del Real Madrid y el PSG. Acumula denuncias en todos los países en los que ha habitado, según publica el diario Marca.

Problemas para Keylor Navas

El origen de las situaciones presuntamente irregulares se inicia en el año 2020 en Costa Rica. Tanto Keylor Navas como su mujer fueron denunciados a consecuencia de la franquicia de electroestimulación que implementaron en el país: Electro Body Center. Los clientes de esta empresa del portero arrastraban problemas técnicos y le reclamaron en los Juzgados 150.000 euros.

Años más tarde, mientras defendía la camiseta del PSG, un empleado doméstico le denunció por tenerlo en condiciones infrahumanas según la versión de éste: "Estamos en la frontera del derecho penal con hechos que, por mi parte, pueden considerarse rozando la esclavitud moderna", dijo el abogado de la víctima, que aportó un vídeo grabado al propio Keylor Navas y el que vacilaba al trabajador: "Aquí no trabajamos con las leyes francesas y sin contrato francés, te pago en efectivo, trabajamos según mis reglas".

Y por si fuera poco, en Madrid fue condenado por el Juzgado de 1ª Instancia número 34 a consecuencia de romper de manera unilateral el contrato con su representante de toda la vida, Ricardo Cabañas (Agencia Breathe Football). En enero de 2024 salió la sentencia por la que debería abonar 250.000 euros más intereses de demora. El portero ha recurrido pero tiene las de perder. Un sinfín de líos para el católico cancerbero. Dios no le acompaña en su toma de decisiones fuera del campo.