El regreso de la Liga más pequeña y curiosa del mundo
La competición ya ha vuelto a las Islas Sorlingas del Reino Unido, donde dos equipos se miden cada año una veintena de veces para repartir unos premios muy singulares y realizar una ceremonia de clausura con mucha diversión para los participantes

Si hay una liga singular esa es la que se celebra cada año al sur del Reino Unido. Concretamente, en las Islas Sorlingas, donde a finales del mes de octubre y hasta finales del mes de marzo se disputa una competición que podría resultar aburrida de no ser por las múltiples peculiaridades que integran sus partidos.
Sólo dos equipos militan en ella, el Woolpack Wanderers y el Garrison Gunners, que juegan 20 veces entre ellos para determinar quién es el campeón del título liguero. La primera curiosidad es el método en el que se configuran dichas escuadras: "Para seleccionar los jugadores de cada equipo los dos capitanes se sientan juntos, normalmente en un pub con una cerveza, y tienen una lista de jugadores y en qué posición juega cada uno. Lanzan una moneda al aire y cogen turnos para ver qué jugadores escoger", ha explicado Anthony Gibbson 'Gibbo', organizador del torneo, a EFE.
Además de la competición liguera, también se disputa una Supercopa, dos copas, una de ellas a ida y vuelta, un partido entre adultos y jóvenes e incluso un amistoso de pretemporada. Los encuentros tienen lugar siempre en el mismo campo, en la isla de St. Mary's, cerca de la costa de Cornualles.
Es una liga donde no existen ataduras ni dinero. Juegan por diversión. Los capitanes se encargan de limpiar las equipaciones y organizar los encuentros. Y aunque se busca la igualdad para que la emoción perdure hasta el final de la temporada, no siempre se consigue. Los Woolpack Wanderers han ganado los últimos tres títulos.
Algunos de los futbolistas son policías o enfermeros y tienen que abandonar el terreno de juego con el partido en juego ante una llamanda de emergencia. Y entre las anécdotas más graciosas destaca una, la de un granjero al que le llamaron porque sus vacas se habían escapado y estaban bloqueando una carretera: "Por suerte lo de las vacas no ha vuelto a ocurrir", bromea Gibbson.
Después del partido siempre hay un apretón de manos y unas cervezas en el pub viendo la Premier League. Y al final de la temporada hay una comida todos juntos y una ceremonia de entrega de trofeos, con el premio a mejor jugador de la temporada, la Bota de Oro, etc. Y entre otros juegos, los jugadores de cada equipo compiten por ver quién se toma una pinta lo más rápido posible.
La isla sigue perdiendo habitantes
Las Islas Sorlingas cuenta con unos 2.000 habitantes, pero ha ido perdiendo población gradualmente -un 7 % desde 2011-, especialmente los más jóvenes. Sin embargo, todavía no se ha dado la situación en la que no haya jugadores suficientes para competir: "Tenemos varios chicos de 15 años y los más viejos que juegan están en torno a los 40. Normalmente dejan de jugar a los 50. Siempre existe el miedo de que no haya jugadores suficientes para la temporada siguiente, pero por ahora los tenemos y espero que tengamos muchas más temporadas por delante", explica Gibbo.
El trofeo más pequeño del mundo
Para romper la monotonía de jugar una veintena de veces entre los mismos equipos, a principios de temporadas se disputa el Lyonesse Trophy, en el que Woolpack y Garrison unen fuerzas contra un combinado amateur llamado Dynamo Coughs, y que es conocido por tener el trofeo más pequeño del mundo. Esta diminuta copa de menos de un centímetro de alto se posa sobre una peana de madera y vio la luz a principios de siglo gracias a que uno de los jugadores trabajaba en la metalurgia. La FIFA, al conocer la historia, se interesó por el objeto y lo añadió a su museo de Zúrich.