Máxima preocupación en el Girona: Portu tendrá que ser operado tras sufrir una rotura del ligamento cruzado anterior
El Girona vive horas de inquietud mientras espera el diagnóstico definitivo de Portu, cuya lesión podría suponer un grave contratiempo en una plantilla ya castigada por bajas sensibles. El equipo de Míchel trabaja con lo justo antes de visitar al Betis, condicionado por la falta de efectivos y un escenario mental inesperadamente delicado
El Girona atraviesa uno de los momentos más tensos y dolorosos de la temporada. La plantilla permanece en un estado de shock tras la grave lesión de Portu, el cual sufre una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, un escenario que le obliga a pasar por el quirófano, alejándolo de los terrenos de juego durante seis meses. El simple hecho de contemplar ese resultado ha golpeado profundamente al vestuario, no solo por su peso futbolístico, sino por lo que el jugador representa emocionalmente para el club y la afición.
De esta forma, Portu se une a una lista que esta temporada ya ha dejado dos despedidas prematuras: Juan Carlos Martín, lesionado en agosto, y Donny van de Beek, en septiembre. Tres jugadores imprescindibles que podrían no volver a vestir la camiseta rojiblanca este curso. Un escenario duro, casi increíble, que Míchel y su cuerpo técnico intentan gestionar sin perder la perspectiva competitiva.
De momento, el jugador será operado el viernes por el doctor Ramon Cugat, quedando a la espera del postoperatorio para conocer los plazos de su recuperación y si, podrá volver a disputar minutos antes del final de la temporada.
Una plaga de lesiones que descoloca todos los planes
El contexto no puede ser más preocupante. Durante un parón que debería haber servido para recuperar piezas, el Girona ha perdido a Portu, Blind y Krapyvtsov. Las bajas de los dos últimos dejan al equipo con apenas cuatro defensas disponibles para visitar al Real Betis, y una situación comprometida también en la portería: Gazzaniga es el único guardameta sano y plenamente disponible, mientras que Livakovic, que ha vuelto de su selección, permanece condicionado por su posible salida en enero, ya que disputar un solo minuto lo inhabilitaría para un traspaso.
El golpe emocional que supone la lesión de Portu se entiende aún más teniendo en cuenta su peso en el equipo. El murciano, con contrato hasta junio de 2027, había recuperado protagonismo tras un curso anterior irregular. Ha disputado 11 partidos entre LaLiga y Copa del Rey, acumulando 531 minutos, por los 927 que sumó en toda la campaña previa entre todas las competiciones. Aunque en las últimas jornadas su participación había sido menor, tan solo 17 minutos ante el Real Oviedo, seguía siendo un jugador clave para Míchel en términos de energía, compromiso y versatilidad.
Míchel trabaja sobre un grupo tocado
El Girona completó este jueves una nueva sesión de trabajo en la Ciutat Esportiva de Vilablareix, con la mirada puesta en el duelo del domingo ante el Real Betis en La Cartuja. Fue un entrenamiento marcado por la prudencia, la concentración y la ausencia de señales que despejen incógnitas. El técnico recuperó a Witsel y Livakovic tras sus compromisos internacionales, pero continúa sin tener disponible a Asprilla ni Ounahi, que aún no se han reincorporado.

El entrenamiento se desarrolló a puerta cerrada, por lo que no trascendieron detalles sobre la evolución de Iván Martín y Blind, perseguido también por problemas físicos. Sin embargo, la gran preocupación seguía siendo Portu, cuya lesión se produjo durante la jornada del miércoles y ha dejado al equipo en un estado emocional especialmente sensible.
Esperando un diagnóstico que puede cambiarlo todo
El club confía en disponer del resultado médico definitivo en las próximas horas, conscientes de que lo que ocurra marcará el futuro inmediato del equipo. Si el diagnóstico confirma la gravedad temida, Míchel deberá rehacer su plan de temporada en un momento que ya era comprometido por sí solo.
Mientras tanto, el vestuario intenta centrarse en el viaje a Sevilla, un desplazamiento siempre exigente, pero que ahora llega teñido de preocupación, cansancio emocional y una certeza: el Girona necesitará tirar de carácter para sostenerse mientras espera que, al menos esta vez, la noticia no sea tan devastadora como parece.