José López3 min lecturaEs raro, por no decir casi imposible, ver hablar a un árbitro. Según desveló uno de ellos en su día, no se lo prohíbe nadie, como se creía, sino que es una norma que se han impuesto ellos mismos para no alimentar unas polémicas que, semana sí y semana también, surgen en torno a los partidos que ellos dirigen.
El VAR parecía que iba a solucionar gran parte del problema, pero no ha hecho sino ampliar el radio de acción, ya que ahora sí se ven las jugadas, pero los criterios son diferentes. Y eso indigna a los aficionados.
Antonio Mateu Lahoz fue noticia recientemente por su controvertida expulsión a Sergio Canales, que vio dos amarillas en 20 segundos, según el acta, por seguir protestando. Cuando se había filtrado que el centrocampista del Real Betis sólo le había contestado que no le preguntara por temas personales. Aunque después lo defendiera Medina Cantalejo...
El colegiado valenciano va a ir a su segundo Mundial, en Qatar 2022, algo inédito e histórico en el arbitraje de nuestro país, y ha hablado con los medios de la RFEF sobre su aventura asiática, pero también sobre la actualidad arbitral y los fallos que se le atribuyen.
En este sentido, Mateu Lahoz se lamenta que los árbitros no puedan fallar. "Los árbitros de fútbol no podemos tener malos días... a mí me toca liderar un equipo y hacerlo en plenitud de condiciones. Los árbitros no tenemos pasado, ni futuro, solo presente, que es el próximo nombramiento. Si ha ido mal el partido, me cuesta muchísimo conciliar el sueño, aunque si ha ido bien duermo como una marmota", indicaba el valenciano, que admitía que le cuesta "mirar el móvil después de los partidos". "En el móvil de un árbitro, es curioso, cuando hay un error, tienes muchos menos 'whatsapps'", confesaba.
El colegiado valenciano, que está ya cerca de la jubilación, reconoce que sigue afrontando su profesión con mucha ilusión. "Me acuesto con ganas de levantarme al día siguiente, como si fuera la feria de mi pueblo o el Día de Reyes. Esa sensación de niño la sigo teniendo", añadía y afirmaba que esa "ilusión" es la que se va a llevar a Doha. "Es indescriptible y algo que no puedes ni soñar... Es una nueva oportunidad para disfrutarla sabiendo la responsabilidad que tenemos, que representamos a un país. La experiencia va a ser un grado, ya nos hemos vacunado contra la presión. Me voy a Doha con toda la ilusión del mundo", reconocía.
En este sentido, el árbitro español admitía que viaja dispuesto a disfrutar al máximo, porque cualquier experiencia "puede ser la última en el mundo del fútbol".