Un examen para Pep Guardiola

Pep Guardiola afronta una temporada compleja después del fracaso que supuso quedarse de vacío el curso pasado

Un examen para Pep Guardiola
Pep Guardiola, entrenador del Manchester City - Cordon Press

Es interesante que para un entrenador que roza los cuarenta títulos ganados durante su carrera, que ha logrado récords en Inglaterra con los que nadie ha soñado y que cuenta con tres Champions League en su palmarés, su mayor reto pueda ser que sea capaz de reconstruir un equipo. La temporada 2023-2024 fue la peor de Pep Guardiola en el Manchester City, con permiso quizás de la primera, cuando aún tenía que acostumbrarse y rehacer un equipo con mucho dinero pero no tan buena planificación en el campo.

La pasada campaña, los 'citizens' no solo no ganaron ningún título, cayendo en los dieciseisavos de final de la Champions, perdiendo la Premier ya en invierno y cerrando el curso con una sorprendente derrota ante el Crystal Palace en la final de la FA Cup, sino que completaron sus peores rachas de derrotas y se dieron cuenta de que un ciclo se había acabado.

Muchos cambios en el Manchester City

El tiempo de los Kevin de Bruyne y Kyle Walker, dos de las caras más reconocibles del City campeón de la última década, llegó a su fin y el City comenzó una reconstrucción en todos los ámbitos del club.

En octubre, Txiki Begiristain, el arquitecto de la dirección deportiva durante trece años, anunció su adiós a final de temporada. Cansado tras una exitosa década en Manchester, Begiristain ayudó a Hugo Viana, ex del Sporting de Portugal, a planificar la siguiente temporada y el pasado 31 de julio se despidió. Poco después, Guardiola acabó con la especulación sobre su futuro y comunicó su renovación. Dos años más. En lugar de saltar del barco cuando peor estaban, siguió el ejemplo de Jürgen Klopp.

El alemán, en lugar de abandonar el Liverpool cuando el ciclo parecía finalizado, se quedó un año más, reconstruyó el centro del campo de los 'Reds' y los dejó en posición de ser campeones, como certificó Arne Slot el curso pasado.

Más de 300 millones gastados

Guardiola se vio reflejado en esta hazaña y en invierno comenzó la purga. Se marchó Walker y no se ofreció renovación a De Bruyne, al tiempo que llegaron jóvenes como Nico González, Omar Marmoush, Khusanov y Vitor Reis. La inversión les valió para clasificarse a la Champions, gran objetivo de la segunda parte de la temporada.

Este verano, la inyección de dinero, contando lo acaecido en enero, se ha marchado por encima de los 300 millones, con la incorporación de Tijjani Reijnders, Rayan Cherki, Rayan Ait-Nouri y James Trafford. Al equipo solo le falta un lateral derecho y quizás un extremo izquierdo si acaban de vender a Savinho. Por el camino, además, se ha marchado Juanma Lillo, el asistente de Guardiola, para que en su lugar llegue Pep Linjders, mano derecha de Klopp, y se ha renovado diez años a Erling Haaland.

¿Última oportunidad para Guardiola?

Todo está listo para una redención que comienza este sábado contra uno de los equipos más débiles de la competición, el Wolverhampton Wanderers, que no ha ganado ningún partido en su pretemporada y que ha perdido en este mercado a dos de sus mejores jugadores, Matheus Cunha y el ya mencionado Ait-Nouri.

Guardiola ya sabe que el City puede ser su último equipo. Que cuando acabe su tiempo en Manchester se tomará un respiro, quizás un año sabático o incluso más allá. Que su siguiente aventura estará lejos de los clubes y mucho más cerca de una selección.

Pero antes de pensar en eso, tiene un objetivo, dejar al City mejor que cuando se lo encontró. Él es una estrella en la ciudad, a la altura de pocos, de los hermanos Gallagher (Oasis) y poco más. Se irá del City cuando él quiera porque se lo ha ganado. Pero no quiere irse con un City venido a menos. Quiere irse como se fue Klopp, dejando un club ganador.