José Antonio Rivero
La comparativa entre el fútbol español y el resto de grandes ligas europeas siempre ha existido, sobre todo entre LaLiga y la Premier League, saliendo siempre vencedora la liga española, tal y como los equipos demostraban también en las distintas competiciones europeas, pero esa superioridad pasó a otra vida, la era de dominio del fútbol español en el viejo continente terminó, quedando sólo la opción del Real Madrid en la Liga de Campeones o del Sevilla en la Europa League, equipos que tienen un aura especial en dichas competiciones y que siempre serán candidatos a ganarla. Por lo demás, el fútbol español se rompe en mil pedazos, buena muestra de ello es lo que está ocurriendo estos días.
El estamento arbitral emitió este martes un comunicado para denunciar "el clima de hostilidad" que sufren cada fin de semana y sin importar la categoría, una denuncia que llega tras la agresión a un árbitro en Ceuta durante un partido de categoría juvenil. "Nos gustaría mandar un mensaje para la reflexión y así no tener que lamentar ninguna desgracia más de las ya acaecidas, ni tener que adoptar medidas drásticas y con urgencia que repercutirían directamente en nuestra competición", concluye el comunicado.
Lógicamente, la violencia no tiene cabida en el deporte ni en ningún lado, sea árbitro, futbolista o aficionado, pero el comunicado de los árbitros va más allá.
El convenio entre LaLiga y el Comité Técnico de Arbitros (CTA), que es parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), acaba al finalizar la presente temporada, por lo que tanto la RFEF como LaLiga mantienen un pulso por el 'control' de los colegiados.
Los árbitros españoles son los mejor pagados dentro del mundo del fútbol, un gasto que supone 33 millones de euros al año. Los clubes exigen un nivel más alto por esa cantidad de dinero, algo que ocurre en cualquier empresa o negocio. Las quejas de los equipos no está sólo en las decisiones arbitrales, sino en las designaciones y ascensos, lo que nos lleva al famoso 'Caso Negreira', el cual ha enturbiado también mucho todo, como era de esperar.
Sobre la mesa está lo que parece la idea mayoritaria de los clubes y, por supuestos, de LaLiga, la libertad de los árbitros, que estos no estén tutelados por la Federación y sean un ente independiente. Precisamente esto lo reivindican en su comunicado los colegiados, pero lo cierto es que dependen de la RFEF.
En la tan admirada Premier inglesa, los árbitros son independientes y no están ligados a la Federación de aquel país.
Por si todo esto fuera poco, los dos equipos más grandes del fútbol español mantienen una pelea para ver a quien 'han favorecido más', en lugar de criticar cualquier trato de favor, sea quien sea el favorecido.
La 'amistad' que madridistas y culés habían alcanzado gracias a la lucha común por la Superliga terminó por el 'caso Negreira', lo que ha activado la maquinaria de comunicación y marketing de ambos clubes.
"El Real Madrid ha sido favorecido históricamente por decisiones arbitrales. Históricamente y en la actualidad. Me parece un ejercicio de cinismo sin precedentes que se personen alegando que se sienten perjudicados", dijo Laporta este lunes en una rueda de prensa convocada para explicar el llamado 'caso Negreira' y en la que explicó poco.
Por otro lado, el Madrid contestaba al presidente azulgrana recordando la relación del club barcelonés con el dictador Francisco Franco, quien, según la televisión oficial del club capitalino, salvó al Barça "tres veces con recalificaciones de la quiebra".
Toda esto está siendo la dinamita que acabará por explotar y destruirá el fútbol español tal y como lo conocíamos. El gran problema es qué vendrá después. Si seremos capaces de avanzar y volver a pelear por ser los mejores del mundo en el balompié o si repetiremos errores del pasado y seguiremos hundiéndonos.
