Girona 5-1 Sevilla: De la ilusión al aplastamiento por cortesía de Quique

Tras el brote de esperanza en el Coliseum, el Sevilla fue arrasado literalmente por el vendaval de fútbol de un Girona que maximizó un planteamiento fallido del técnico nervionense a pesar de que Isaac Romero pegó primero

Girona 5-1 Sevilla: De la ilusión al aplastamiento por cortesía de Quique
El Sevilla fue muy inferior al Girona en Montilivi. - CORDON PRESS
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 6 min lectura
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La esperanza nacida en el Coliseum se la llevó por delante el vendaval de Montilivi (5-1) con Dovbyk y Savinho como protagonistas. El Girona arrasó por completo el brote de ilusión surgido en la Copa del Rey con la ayuda de un Quique Sánchez Flores que se equivocó de raíz con el planteamiento, hasta el punto de que, lejos de menoscabar los puntos fuertes del líder, los potenció, dejando más al descubierto si cabe las preocupantes carencias de los nervioneses. De la ilusión al aplastamiento en 90 minutos.

De nada sirvió que Isaac Romero demostrara de nuevo su validez con un 0-1 tempranero a pase de Pedrosa, porque el Girona, que recuperó el liderato a lo grande tras el triunfo del Real Madrid, remontó en un suspiro, con la sensación de hacerlo sin esfuerzo por las facilidades brindadas por un Sevilla completamente inoperante en todas las facetas del juego,

Así las cosas, el comienzo del partido fue un auténtico espejismo. Con un Sevilla asentado en el campo rival, con las líneas adelantadas y aparente convencimiento de que podría sorprender al Girona con un planteamiento a priori atrevido, pero que pronto se derrumbó por su inconsistencia y una orden complicada de entender.

Fruto de este arranque ilusionante, los nervionenses pegaron primero, en una acción fabricada por Suso, que terminó con un centro de Pedrosa, muy activo de inicio, y un remate a la red de Isaac Romero. Su tercer gol en solo tres partidos y un rayo de esperanza para el Sevilla, que, sin embargo, el Girona apagó de forma inmediata, maximizando el filón que había concedido Quique en la derecha al destinar a Navas a vigilar a Miguel Gutiérrez y dejar a Nianzou cara a cara con Savinho.

El brasileño lo desbordó como quiso una y otra vez y Dovbyk lo rentabilizó con dos tantos prácticamente seguidos, el primero en una salida dubitativa de Dmitrovic. En cuatro minutos el cuadro local había volteado el marcador con una facilidad pasmosa, prácticamente si despeinarse ante un Sevilla completamente superado. Una descomposición que quedó en evidencia en el tercer tanto, pues el delantero ucraniano cogió nuevamente la espalda a una defensa adelantada y penetró como quiso hasta que armó el disparo en la frontal (3-1).

El centro del campo del Sevilla no existía, por una preocupante falta de músculo al apostar el técnico por Jordán, sin ritmo, y Sow, y el Girona arrancaba por dentro para después percutir por fuera, lo que le permitió generar más ocasiones, como el remate al larguero de Portu.

Esta fragilidad sin balón fue agravada por la inoperancia con él, pues, más allá del gol, en ningún momento encontró la manera de combinar para generar peligro, siempre muy previsible, impreciso y horizontal. Con este panorama, lo mejor que le podía pasar al Sevilla era que llegara el descanso para tratar de arreglar el desastre.

Así, Quique movió ficha y dejó en el vestuario a Badé para que entrara Marcao y lo cierto es que no le funcionó en absoluto, porque el problema se encontraba en el carril diestro y entendió que no debía solucionarlo. Y, precisamente, por esa autopista llegó el cuarto tanto del Girona en el minuto 56' en una jugada que dejó más en ridículo si cabe el plan del técnico sevillista.

Y es que la jugada partió del futbolista cubierto por Navas, Miguel Gutiérrez, que se la puso en carrera a Savinho mientras Nianzou solo podía mirar como le regalaba un pase de gol de Tsygankov. 4-1 y partido sentenciado por si restaba alguna duda.

El Sevilla, por inercia lo intentó con un par de acciones, sobre todo por medio de Pedrosa, de lo poco salvable en los nervionenses, si bien lo más reseñable fue el debut de Hannibal Mejbri, llamativo, sobre todo, porque en la primera acción nervionense vio tarjeta amarilla. Detalle muy sintomático de la imagen ofrecida por el Sevilla en Montilivi, donde todavía quedaba por llegar el quinto de Stuani y quedó de manifiesto el abismo que existe hoy día entre el Girona y el Sevilla. Tan real como doloroso.

Ficha técnica:

5 - Girona FC: Gazzaniga; Yan Couto, Juanpe (Antal, min. 30), Blind, Miguel; Iván Martín, Herrera (Jhon Solís, min. 66); Tsygankov (Valery, min. 66), Portu, Sávio (Pablo Torre, min. 73); y Dovbyk (Stuani, min. 73).

Dmitrovic; Jesús Navas, Nianzou, Sergio Ramos, Badé (Marcao, min. 46), Pedrosa; Sow (Agoumé, min. 77), Jordán, Suso (Hannibal, min. 62); Ocampos (Mariano, min. 77) e Isaac (Erik Lamela, min. 62).Goles: 0-1, min. 10: Isaac. 1-1, min. 13: Dovbyk. 2-1, min. 15: Dovbyk. 3-1, min. 19: Dovbyk. 4-1, min. 56: Tsygankov. 5-1, min. 89: Stuani.

Árbitro: González Fuerte (comité asturiano). Amonestó a los visitantes Sow (min. 61) y Hannibal (min. 63).

Incidencias: Partido de la 21ª jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Estadi Municipal de Montilivi ante 13.092 aficionados.

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