Sevilla 1-1 Osasuna: todos los caminos conducen a la depresión

El Sevilla se adelantó en el marcador con gol de Isaac Romero, pero la primera desaplicación defensiva le costó el empate, el equipo se descompuso y terminó con diez por la expulsión de Suso

Sevilla 1-1 Osasuna: todos los caminos conducen a la depresión
El Sevilla solo pudo sumar un punto contra Osasuna. - CORDON PRESS
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 8 min lectura
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Osasuna

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No levanta cabeza. De una forma u otra, este Sevilla siempre termina con la mirada gacha. Con un gesto de contrariedad, porque el camino nunca se endereza aunque parezca hacerlo y la situación ya ha cruzado la línea roja de la máxima preocupación. Porque contra Osasuna sumó otra jornada sin ganar a pesar de que se adelantó pronto gracias a la irrupción de su gran esperanza, Isaac Romero, pero una desaplicación atrás resultó suficiente y letal para establecer el empate final y descomponerlo.

A partir de ahí, llegaron los nervios, las ansias propias de un equipo que se encuentra en una situación en la que no sabe desenvolverse con soltura y lo cierto que es que Quique no halla la solución para solucionar este problema futbolístico y mental de un Sevilla que, sencillmente, quiere pero no puede, más allá de que su planteamiento inicial funcionara.

Al contrario que contra el Girona, Quique Sánchez-Flores se dejó de experimentos y apostó por un despliegue lógico, sostenido sobre un doble pivote pleno de músculo con Agoumé y Soumaré por delante de una línea de cinco con Navas y Acuña como carrileros, y Badé por Nianzou. Esta fortaleza de la media liberaba a Suso, con carta blanca para generar en la sala de máquinas y liderar la propuesta nervionense.

Con esta premisa, sin ataques de entrenador, el Sevilla se acomodó pronto en el terreno de juego merced a la ausencia de lagunas en la medular y la existencia un orden coherente para presionar de manera coordinada y no sufrir sin balón. Esta mejoría repercutió directamente en la gestión del esférico, pues había mayor seguridad en una circulación que partía por el centro con Suso como referencia, para después abrir campo y habilitar las penetraciones por banda, especialmente por la derecha de Navas.

Así las cosas, la primera ocasión llegó en el minuto 5, con un servicio interior a Isaac Romero, que controló en el área, recortó y obligó a Sergio Herrera a realizar una intervención prodigiosa. El Sevila funcionaba. Con contribución del doble pivote en la construcción y la movilidad suficiente para crear espacios ante un Osasuna maniatado, que se limitaba a lanzar balones largos a las espaldas de los locales, por el momento perfectamente cubiertas.

Este control se tradujo en el 1-0 en la segunda de Isaac Romero, en el minuto 25', capaz de fabricarse por si solo un gol de delantero de nivel, al recibir de un saque de banda, bajarla, librarse de su marca y enviarla otro palo. Golazo y ventaja merecida para los hispalenses.

El canterano se encontraba en estado de gracia y a la media hora se revolvió de nuevo para servir un balón de oro a Ocampos, que se encontró en el último momento nuevamente con Sergio Herrera. La réplica de Osasuna, con más balón a medida que pasaban los minutos, la firmó Moi Gómez, con un duro lanzamiento desde la frontal al que respondió con seguridad Nyland.

Era la primera vez que hallaban fisuras los rojillos, que insistían con salidas rápidas y que en la recta final del primer tiempo se estiraron, topándose con una defensa sevillista muy firme. Este paso al frente lo aprovechó el Sevilla para percutir a la espalda gracias a los servicios precisos desde atrás de Marcao. Uno de ellos casi termina con el segundo de Isaac.

La segunda parte arrancó como terminó a la primera, con Osasuna instalado en terreno sevillista y con un acercamiento peligroso culminado por un cabezazo fuera de Budimir. Era el preludio del empate de los navarros, que maximizaron un saque de esquina en el que el Budimir remachó a la red en el área chica un potente disparo de David García, libre de marca. La defensa nervionense había concedido por primera vez en el partido y el ariete sacó provecho.

Quique no tardó en mover ficha y desarmó el doble pivote con la entrada de Sow por Agoumé y Pedrosa por un apagado Acuña. Había que dar un paso al frente con el riesgo de dejar espacios a los de Arrasate, con más confianza y que mantuvieron el balón tras el 1-1 en el 55'.

El Sevilla acusó el golpe y a los pocos minutos perdió por lesión al recién ingresado en el campo Sow. Ante esta situación, el técnico sevillista dio un giron de timón con un cambio de sistema al apostar por un 4-4-2 con Isaac Romero y Rafa Mir en punta. Esta disposición táctica funcionó en cierto modo como revulsivo para los nervionenses, pues se sacudió dure¡ante unos minutos el dominio rojillo y apareció por los aledaños del área visitante, la espera de que Suso hiciera su magia.

No obstate, esta mejoría resultó un espejismo tanto en cuanto Osasuna recuperó el control en una recta final en la que, además, el Sevilla recibió un mazazo con la expulsión por roja directa de Suso por una entrada a Oroz. Excesivo castigo.

Con uno menos, los nervionenses resistieron para conservar un punto completamente insuficiente tanto a nivel clasificatorio como, sobre todo, en el apartado anímico. La depresión no tiene fin.

Ficha técnica:

1 - Sevilla: Nyland; Jesús Navas (Juanlu, m.71), Badé, Sergio Ramos, Marcao (Rafa Mir, m.71), Acuña (Pedrosa, m.59); Suso, Soumaré, Agoumé (Sow, m.59) (Óliver Torrres, m.67); Isaac Romero, Ocampos.

1 - Osasuna: Sergio Herrera; Rubén Peña (Areso, m.66), David García, Catena, Juan Cruz, Mojica; Ibáñez (Moncayola, m.l75), Iker Muñoz, Moi Gómez (Aimar, m.75); Raúl García (Arnaiz, m.83), Budimir.

Goles: 1-0, M.24: Isaac. 1-1, M.55: Budimir.

Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Expulsó con roja directa al local Suso (m.86). Además, amonestó por parte del Sevilla a Agoumé (m.6), Soumaré (m.56) y Sergio Ramos (m.84).Incidencias: Partido de la vigésima segunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante 36.640 espectadores. Los jugadores de ambos equipos llevaron brazaletes negros y se guardó un minuto de silencio, antes del comienzo, en memoria de los tres abonados sevillistas, un padre y sus dos hijos adolescentes, fallecidos en accidente de tráfico cuando el jueves iban a Madrid a ver el partido de Copa contra el Atlético.

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