Nadie en el Nàstic de Tarragona se podía imaginar el sábado por la mañana el panorama que, cinco días después, iban a tener. Y es que, además de quedarse con la miel en los labios del ascenso a Segunda División, los catalanes han visto como su presidente anunciaba su cese y, por si esto fuera poco, el Juez Disciplinario Único de la RFEF les ha sancionado duramente tras los hechos ocurridos durante el choque contra los andaluces.
Tras la resolución de dicho órgano ante los incidentes recogidos y descritos por el colegiado Eder Mallo una vez finalizado el encuentro, el club tarraconense comenzará el próximo curso en Primera RFEF con varias dificultades.
En primer lugar, han sido castigados con el cierre del Estadi Nou Costa Daurada durante cuatro partidos que deberá disputar a puerta cerrada, además de varias multas económicas de 10.000 euros.
Y, en segundo lugar, no podrá contar con dos de sus jugadores durante mucho tiempo. Son los casos de Nacho González y David Concha.
El primero fue expulsado por doble amarilla y el acta recoge que se encaró con el cuarto árbitro "llegando a golpearle con su dedo índice en la zona derecha de su costado. Tras esto, se mantiene en boca de vestuarios, visible desde el terreno de juego, presenciando el partido y negándose a retirarse pese a las insistencias nuestras y del equipo de seguridad. Continuó increpándonos tanto al equipo arbitral como al equipo rival". Su castigo federativo asciende a los cinco partidos: uno por la expulsión, dos por negarse a ir hacia los vestuarios y otros dos por las protestas a los colegiados. Además de tres meses de suspensión por agresión a los árbitros tras ser expulsado.
Y en el caso del segundo, cabe recordar que, según el acta ,fue expulsado "por salir del área técnica gritando y gesticulando, protestando una de mis decisiones. Dirigiéndose a mi asistente número 1 en los siguientes términos: 'Sois unos sinvergüenzas, hijos de puta'. Negándose a retirarse a vestuarios. Previamente, le lanza el agua de una botella de 33 cl vaciándola sobre su cuerpo". Para él, la sanción fijada ha sido doce partidos: seis de ellos por gesticular y gritar protestando una decisión del árbitro. Otros dos por no marcharse a los vestuarios y otros cuatro por manifestarse de manera violenta a uno de los asistentes.
Ahora, el club catalán irá a la justicia ordinaria para demandar a dicho árbitro según anunciaron a través de sus medios oficiales. A través de un comunicado, la entidad tarraconense dijo sentirse perjudicado y sostiene que ha recabado "pruebas suficientes para demandar al colegiado, al menos por negligencia". Y no descarta, "en función de las investigaciones en curso, iniciar la vía penal".