José Alberto lo confirma
José Alberto señala que el verdadero reto del Racing no está en las piernas, sino en la cabeza

El Racing de Santander atraviesa un momento delicado justo cuando más se necesita mantener la firmeza. La distancia con el Elche, actual líder de LaLiga Hypermotion, ha crecido hasta los seis puntos. Por su parte, el Levante, que ocupa el segundo lugar con acceso directo a Primera División, está tres puntos por delante de los cántabros, que además han perdido el golaveraje particular frente a ambos rivales.
Lo que parecía una temporada de ensueño se ha convertido en una lucha contra sus propios miedos. Después de una racha espectacular como visitante, donde encadenaron siete victorias consecutivas, ahora sólo han sumado un triunfo en sus últimos diez partidos fuera de casa. La ventaja con el séptimo clasificado se ha reducido peligrosamente a cuatro puntos y el calendario venidero asusta: Huesca, Almería, Oviedo, Granada... rivales directos en plena pelea.
El pasado pesa como una losa
Las sombras del pasado vuelven a cubrir El Sardinero. El año anterior, el equipo tuvo a tiro disputar los playoffs, pero cayó en las dos últimas jornadas ante Zaragoza y Villarreal B. La historia parece repetirse. Tras empatar frente al Castellón, José Alberto se mostró autocrítico pero también esperanzado: "No debemos temer lograr lo que aún no tenemos. Hay presión, sí, pero hay que saber competir con ella".
Y es que los números no mienten: el equipo que en su momento lideró con autoridad, ha perdido fuerza en 2025. Desde enero, sus estadísticas solo lo ubican como el séptimo mejor equipo de la segunda vuelta. Mientras que en la primera mitad del torneo terminó tercero, ahora sus rivales recortan terreno peligrosamente.
El bloqueo mental, principal enemigo
Los datos reflejan una pérdida de efectividad y precisión: el Racing es el cuarto conjunto que más balones pierde y el tercero con más errores en pases. A pesar de tener uno de los mejores registros, le cuesta concretar.
José Alberto, sin embargo, niega que se trate de un problema físico: "El estado físico del grupo es excelente. El verdadero desafío está en la mente. Para ascender, debemos sacar lo mejor de cada uno". Para combatir esa debilidad, el club dispone de un psicólogo deportivo que trabaja de forma personalizada con los jugadores. El entrenador, sin embargo, se muestra escéptico respecto a las dinámicas colectivas: "No creo en terapias grupales ni esas cosas. Para motivar al vestuario ya estoy yo".
Con siete jornadas por delante, el Racing se encuentra en un delicado equilibrio: aún puede soñar con el ascenso directo… o quedarse fuera incluso del playoff. El destino está en su cabeza.