Trejo pide unidad total en el Rayo Vallecano tras el incidente en el banquillo de la Conference League
La victoria contra el Lech Poznan en la Conference League confirmó el carácter competitivo del Rayo, pero el incidente entre Iván Balliu e Iñigo Pérez encendió las alarmas. Por ello, Óscar Trejo ha lanzado un mensaje conciliador pidiendo unión, compromiso y respeto para reconducir el ambiente y transformar la tensión en fuerza colectiva
La remontada del Rayo Vallecano frente al Lech Poznan por 3 a 2, culminada con un gol épico de Álvaro García en el añadido de la segunda parte, debía haber sido una celebración completa para Vallecas. Sin embargo, el foco se desplazó rápidamente hacia el banquillo, donde Iván Balliu reaccionó con evidente molestia tras ser sustituido en el minuto 54, generando un cruce de palabras con el entrenador, Iñigo Pérez, que quedó captado tanto por el público como por las cámaras.
El contexto competitivo y la tensión del momento explican en parte ese choque emocional. En el interior del vestuario insisten en que la discusión está ya solucionada tras varias reuniones entre las partes implicadas y que no existe fractura alguna en el grupo. No obstante, el episodio reactivó un debate recurrente: cómo gestionar la presión en un equipo cuya identidad se sostiene sobre el compromiso colectivo.
Un mensaje desde dentro
A través de sus redes sociales, Óscar Trejo, voz autorizada y figura muy respetada por la afición rayista, lanzó una carta pública apelando a la cohesión. En su reflexión, el argentino subrayó que cada jugador aporta una pieza única del rompecabezas y recordó que los momentos desafiantes forman parte natural del camino. Según su visión, el valor real está en caminar juntos, escucharse y sostenerse en las dificultades.
El capitán destacó que crecer de forma colectiva implica celebrar los éxitos individuales y estar presente cuando un compañero tropieza. Para él, llegar todos juntos, aunque sea más lento, tiene más significado que llegar antes y solo. Su mensaje también sirvió como agradecimiento por el grupo humano que comparte actualmente, consciente de que su tiempo dentro del club se aproxima a su final.
Las emociones del vestuario
La tensión vivida ante el Lech Poznan fue el resultado de un partido vibrante, cargado de urgencias competitivas. En situaciones así, la temperatura emocional sube y las reacciones pueden ser más viscerales de lo habitual. Desde la dirección deportiva y el cuerpo técnico apuntan a la importancia de haber gestionado el episodio con rapidez y transparencia, evitando que se prolongue o contamine el ambiente.

Este tipo de episodios no es nuevo en equipos que compiten al máximo rendimiento. Los cambios no siempre se reciben bien, especialmente cuando coinciden con momentos personales de confianza, cansancio o frustración. Pero la respuesta posterior del grupo es la que determina si un gesto queda como una simple anécdota o como un síntoma preocupante.
Apoyo de la afición
Trejo aprovechó además para involucrar a la grada, invitándola a mantener el clima festivo cada fin de semana. Vallecas es conocida históricamente por generar una atmósfera difícil para los rivales: ruido, emoción y sentimiento de barrio. El capitán pidió que esa energía siga siendo protagonista y sirva de escudo para el equipo en los momentos de duda.
El argentino expresó el deseo de que los partidos en casa se vivan “como una fiesta”, reforzando la importancia del apoyo constante. Cuando la grada transmite seguridad, el equipo responde con el estilo intenso y solidario que le caracteriza.