Bellingham, tras los peores pasos de Vinicius, un peligro para el Real Madrid

El joven jugador británico está siendo muy criticado desde que el pasado sábado celebrara su gol ante el Real Betis lanzándole un beso a un aficionado verdiblanco que le increpaba

Bellingham, tras los peores pasos de Vinicius, un peligro para el Real Madrid
Bellingham, durante el viaje a Berlín con el Real Madrid. - X / Real Madrid
Alberto GálvezAlberto Gálvez 3 min lectura

Jude Bellingham se ha convertido en el nuevo crack mundial de LaLiga EA Sports gracias a los 12 goles que lleva de momento y con los que ha irrumpido con fuerza en su primera temporada en la competición española. Y, además, su celebración se ha convertido ya en un referente para sus admiradores más jóvenes y motivo para algunos memes utilizados en las redes sociales.

Y aunque en el campo, hasta el pasado sábado, no se le habían visto aires de superioridad, más allá de alguna protesta arbitral, lo sucedido en el Benito Villamarín ha alertado a los dirigentes y técnicos madridistas del carácter del jugador británico. Y es que no quieren que le ocurra lo mismo que al brasileño Vinicius, que es silbado en todos los campos por sus continuas provocaciones a la grada tanto cuando marca como cuando no lo hace.

Ante el Betis, el exjugador del Borussia Dortmund volvió a ser el principal líder, junto a Rodrygo, del ataque madridista. Y suyo fue el tanto blanco, culminando con un magnífico control de pecho y un disparo con el interior su duodécima diana del presente ejercicio liguero.

Sin embargo, al irse a festejarlo con su ya clásico gesto de las manos levantadas como diciendo "aquí estoy yo", comprobó que varios aficionados béticos le lanzaban peinetas y le increpaban. Algo que le encendió tanto por dentro, a sus 20 años, que no pudo evitar contestar. A uno de ellos en concreto le lanzó un beso con la mano mirándole fijamente, lo que hizo que el graderío bético se calentara más.

No conforme con eso y tras celebrarlo con los compañeros, Jude se volvió a girar dos veces más para volver a provocar al beticismo, hasta que su compañero Rüdiger le dio un toque de atención y se lo llevó hacia su campo consciente del error que estaba cometiendo con esa actitud.

Desde ese momento hasta el término del partido, cada vez que Bellingham cogía el balón, la parroquia bética le silbaría y hasta en un fallo del inglés se escuchó el clásico grito al únisono de "tonto, tonto".

Es su primera metedura de pata a domicilio en España, pero en el club blanco esperan que sea la última para que no se convierta en un jugador tan detestado como lo es Vinicius cada vez que sale del Santiago Bernabéu.

Y, por si fuera poco, por el momento, Bellingham no se arrepiente de lo sucedido en el Benito Villamarín, ya que hoy el británico ha respondido con un 'like' a un dibujo suyo con dicha celebración publicado en la red social X (antiguo Twitter).