Los motivos del bajón de Huijsen en el Real Madrid
La sobrecarga de minutos, las molestias físicas y el salto al Real Madrid explican el bajón del central, que afronta el nuevo año con optimismo
Dean Huijsen cerró 2025 lejos del nivel que había mostrado meses atrás. El central hispano-holandés, que había irrumpido con fuerza tanto en el Bournemouth como en la selección española y en su llegada al Real Madrid, experimentó un bajón evidente en las últimas semanas antes del parón navideño. Un bajón en su rendimiento que no sorprende a quienes conocen bien su trayectoria y que tiene causas muy concretas.
Según se puede leer en MARCA, personas de su entorno formativo coinciden en que lo sucedido entra dentro de la normalidad. “Lo que le ha pasado a Dean es lógico por todo lo que venía jugando”, explica alguien que trabajó con él desde joven. La Navidad, que el futbolista ha aprovechado para desconectar junto a su familia en Dubái, ha servido como punto de partida para resetear cuerpo y mente con vistas a un 2026 cargado de desafíos.
Una carga de partidos difícil de sostener
Los números ayudan a entender el contexto. Huijsen ha disputado 54 partidos en el año natural entre clubes y selección, dos de ellos de 120 minutos en la Nations League, alcanzando una cifra cercana a los 5.000 minutos. Una exigencia enorme para un futbolista que cumplió 20 años en abril y que, aunque físicamente privilegiado, ha terminado acusando el desgaste.

A ese volumen de juego se suma el impacto de pasar de un club como el Bournemouth a un gigante como el Real Madrid. El cambio de escenario, de responsabilidades y de foco mediático supone un salto que no todos asimilan de inmediato. La presión diaria, la necesidad de rendir sin margen de error y la exigencia constante acaban pasando factura incluso a los talentos más precoces.
Molestias, compromiso y autocrítica
El tramo final del año estuvo marcado también por problemas físicos. Huijsen ya fue baja ante el Getafe en octubre por una sobrecarga en los gemelos y, desde entonces, encadenó molestias que le impidieron recuperar sensaciones. Jugó con incomodidades, recaídas y pequeñas infecciones que afectaron a su rendimiento, pero nunca buscó excusas. En un contexto de defensa muy justa de efectivos, siguió compitiendo cuando el equipo lo necesitaba.
Ese compromiso explica que su nivel descendiera especialmente en diciembre. Un bajón que el propio jugador reconoce desde la autocrítica que siempre ha caracterizado a su entorno familiar, una exigencia que le acompaña desde su etapa en Málaga y que, lejos de perjudicarle, ha sido clave en su crecimiento, tal y como se puede leer en la citada información.
El parón ha llegado en el momento justo. Sin estrés competitivo y con tiempo para recuperar energías, Huijsen afronta el nuevo año con la idea de reencontrarse con su mejor versión. No será inmediato, pero pocos dudan de que el ‘viejo’ Huijsen volverá. El 2026, con el Mundial en el horizonte, se presenta como una oportunidad ideal para demostrarlo.