Sommer, una 'ganga'
Yann Sommer regresa a Múnich como el héroe inesperado que frenó al Barcelona y llevó al Inter a la final de Champions. El internacional suizo costó solamente 6 millones de euros

Yann Sommer, nacido en Morges en diciembre de 1988, ha pasado gran parte de su carrera sin los focos que merecía. A sus 36 años, el veterano arquero ha demostrado que no necesita más reconocimiento que el de sus intervenciones clave. Tras una actuación sobresaliente ante el FC Barcelona, el guardameta suizo ha sellado el pase del Inter de Milán a la final de la Liga de Campeones, regresando a Múnich, donde jugó unos meses en 2023 para suplir a un lesionado Manuel Neuer.
Aunque su paso por el Bayern fue breve, su rendimiento fue confiable. No obstante, al recuperarse el capitán alemán, Sommer fue considerado prescindible. Esa decisión fue aprovechada de forma magistral por el Inter, que lo fichó por una cifra simbólica de alrededor de 6 millones de euros, justo después de vender a Onana al Manchester United por 50 millones. Un movimiento que hoy se considera una de las grandes operaciones del fútbol europeo reciente.
El verdugo del sueño azulgrana
El duelo ante el Barcelona en semifinales (4-3 global) tuvo en Sommer a su figura indiscutible. En los minutos finales, cuando el conjunto culé buscaba la épica con un zurdazo de Lamine Yamal, el suizo emergió como una sombra infranqueable. Paradas de fantasía, especialmente una ante Eric García, recordaron a varias que hizo el mismísimo Iker Casillas.

El mejor jugador del partido, sin discusión, fue él. Su rendimiento no solo detuvo los goles, también apagó la ilusión de toda una ciudad. Y lo hizo con la calma de quien ha recorrido un largo camino en silencio, pero con constancia.
La revancha de un veterano como Sommer
Durante su trayectoria, Sommer ha enfrentado dudas sobre su estatura (183 cm), considerada baja para los estándares modernos de porteros. Sin embargo, lejos de convertirse en un obstáculo, ha hecho de ello una motivación. “Cuando era joven me preocupaba más, pero tuve entrenadores que confiaban en mí por lo que aportaba, no por mi altura”, confesó recientemente. Su ídolo fue nada menos que Iker Casillas, otro arquero que desafió las normas del físico.

Con largos años defendiendo al Borussia Mönchengladbach y ahora como pilar del Inter, Sommer ha demostrado que la regularidad también merece recompensa. Su desempeño ante el Barça no fue casualidad: fue la consagración de una carrera sólida.
Mientras el Inter sueña con la orejona, Múnich se prepara para recibir al guardián que un día dejaron ir y que está deslumbrando en el cuadro 'neroazzurro'.