Badé se despide del sevillismo por la necesidad del Sevilla
El central francés, tras ser expulsado en el inicio, protagonizó un gesto al final del partido que evidencia que el de ayer pudo ser su último encuentro como sevillista

Se avecina un verano muy movido en el Ramón Sánchez-Pizjuán en todos los sentidos con un futuro pleno de incertidumbre y de certezas negativas por la compleja situación nervionense a nivel económico y estructural.
No en vano, a día de hoy sigue en el aire la continuidad de Víctor Orta al frente de la dirección deportiva y el banquillo no cuenta todavía con nuevo inquilino una vez que Caparrós termine su interinidad cuando concluya el curso. Estas cuestiones ralentizan una planificación en la que resulta evidente que los hispalenses precisan hacer caja con la venta de sus principales activos para cuadrar las cuentas de lo posible y todas las miradas apuntan a Lukébakio y Löic Badé, con pretendientes y conscientes de que el Sevilla precisa su traspaso para aliviar su crisis financiera.
El francés ya renunció en los últimos mercados a marcharse de Eduardo Dato pese a recibir ofertas en firmes que convencían al Sevilla y con salario muy superior al cobrado en Nervión. Badé antepuso su felicidad en la capital hispalense, su peso específico en el equipo y su compromiso con la causa, pero este verano las circunstancias son más adversas si cabe y se ve obligado a cambiar de postura y estará abierto a escuchar ofertas para cambiar de aires y ayudar a los nervionenses.
Una realidad que quedo en evidencia al final del partido contra el Real Madrid, el último en el Ramón Sánchez-Pizjuán en la presente temporada y que terminó con derrota por 0-2 y dos expulsiones nervionenses. La primera la protagonizó precisamente Badé, que en el minuto 12' vio una polémica roja que desató el enfado de Caparrós. Un contratiempo que arruinó el que pudo ser su último encuentro como sevillista en la Bombonera y en general, por lo que al final del duelo decidió dar al césped para saludar a la afición en lo que fue a todas luces una despedida, pero no oficial como la de Suso.
De hecho, el central galo, cuando había ningún otro futbolista sevillista sobre el césped, dio la vuelta al terreno de juego aplaudiendo y recibiendo el cariño de los aficionados, que le reconocen su entrega y que lo ha dado todo por los colores sevillistas.
A sus 25 años, el de Sévres está tasado en 30 millones por la web especializada Transfermarkt tras un incremento constante de su valor desde que llegó a Nervión y en el Sevilla esperan ingresar por encima de los 20 kilos para sanear sus números.