Emilio de Dios tiene para todos: el "tipo raro" Sampaoli, el "maestro" Monchi y un Orta del que 'pasa palabra'
El que fuera hasta el curso pasado 'scouting manager' nervionense analiza su paso por el club blanquirrojo y se enorgullece de haber apostado por Mendilibar, amén de presumir de haber detectado en su día a Raphinha y Koundé

"Me siento muy orgulloso de haber sido partícipe de, en el momento jodido en el que estábamos, que Mendilibar entrenase al Sevilla FC. Es un tipo que a mí me me ha caído bien desde desde siempre, desde que yo empecé en la dirección deportiva, y no fue una llamada osada, desde el punto de vista que nunca había entrenado a un club así. Estábamos jodidos, para descender a Segunda, y nos ayudó a ganar la segunda Europa League de mi etapa", recuerda Emilio de Dios, 'scouting manager' del club nervionense hasta su destitución a finales de la 23/24 en una de esas medidas de ahorro auspiciadas por Del Nido Carrasco, en una charla con su paisano Senén Morán en su 'Comemos Podcast', donde habló de aquellos días convulsos en los que Jorge Sampaoli no fue la solución deseada al final de la 'etapa Lopetegui'.
"Estaba con Monchi y Fernando Navarro sentado, analizando la situación de que teníamos que cambiar de técnico. Iba a ser un desastre, lo estaba siendo, y nos iba a llevar a una dinámica de resultados muy jodida. Se hicieron llamadas a varios entrenadores, ya había salido el nombre de 'Mendi' y, de repente, Monchi dice 'es que como no firmemos a éste, que es el que sabe ganar a todos esos equipos de ahí abajo...'. Y, efectivamente, el primer partido es en Cádiz y y ganamos 0-2. Si lo hubiéramos perdido, nos habríamos metido en un desastre. Al final, acabó levantando la Europa League. Dos eliminatorias atrás, le dije a mi mujer que pidiera el día de la final (en el trabajo) y dos más para celebrarlo en Sevilla. Teníamos a Manchester United y Juventus. Mi mujer no se lo creía, pero yo le insistía. El autoconvencimiento de hacer las cosas para ganar te da un subidón diario. Estábamos convencidos todos", relata el gijonés.
Sobre el antecesor de José Luis Mendilibar, nada nuevo: "Sampaoli era un tipo raro. La gente del club hablaba de que de su primera etapa a la segunda había cambiado mucho, no creo que a mejor. No estaba rodeado de los mejores para él... Un incendio al lado de la gasolina no creo que sea lo mejor, así que resultaba difícil. Tenía un concepto de juego que no creo que sea el mejor para instaurarlo a mitad de temporada, sino que precisaba de un trabajo previo en verano, mientras que él llegó con la temporada empezada y unas ideas... Es un excéntrico cerrado. Cerrado el mercado, me pedía 'Emilio, necesito un hombre libre'. Y yo le decía, 'claro, ya sólo puede ser uno libre, porque el mercado está cerrado'. Y me respondía: '¿Por qué está cerrado el mercado para mí?'. Yo le decía que no era sólo para él, sino para todos".
Emilio de Dios, que se había formado en el Sporting, del que es seguidor su contertulio, pasó por Racing de Santander y CD Lugo antes de incorporarse en 2017 al equipo de trabajo que formaron Óscar Arias y Joaquín Caparrós en el Sevilla FC tras la marcha a la AS Roma de Monchi. A la vuelta del isleño, se quedó a su lado y le 'sobrevivió', coexistiendo unos meses con Víctor Orta, que había llegado en el verano de 2023 con sus propios ayudantes, Gaby Ruiz y Alberto Cordero, aunque luego apuntó públicamente que se había ofrecido a rebajarse el sueldo para que tanto el asturiano como Fernando Navarro pudieran seguir. Una afirmación que parece poner en duda con sus declaraciones el primero de ellos: "Estuve la última temporada con Víctor. De todo se aprende. He aprendido de Óscar, su tranquilidad; de Joaquín, su adaptabilidad y de Monchi, que ha sido un maestro. En todos los años que llevo de carrera, no creo que encuentres una frase suelta, declaración o mensaje de texto donde hable mal de alguien. A veces, no hablo".
En este sentido, el alto ejecutivo ahora en paro recuerda que "en Sevilla había una ventaja grande para un secrertario técnico, ya que existía un núcleo duro de técnicos que llevaba mucho tiempo trabajando junto. Hay veintipicos ojos que te van filtrando el scouting. Eso te lleva a que el técnico de Portugal te diga en el mes de octubre 'Raphinha, del Vitória de Guimaraes, es un fenómeno'. Salía a 8-10 millones, nos posicionamos y Óscar Arias nos dijo que no podíamos incluirlo, porque teníamos todas las fichas ocupadas en plantilla". Algo similar pasó con Koundé: "Le dije a Caparrós que era el mejor que podíamos firmar. Eso sí, le advertí de que nos iban a pedir un precio muy alto. Así fue. Nos sentamos con él y su agente, pero no lo firmamos. Un año después, Monchi, capaz de dominar todo lo que está en el ratio de acción de un director deportivo y más, hizo la misma pregunta. '¿Qué central firmamos?' Dijimos Koundé y reconoció que lo tenía entre ceja y ceja. Nos reunimos otra vez con Jules y lo fichamos".