Confiesa la compra de un partido del Valencia

"Yo quise comprar mediante un representante de jugadores de Madrid que me jodió, un enano, Torcal se apellidaba, y… Fue en un partido contra el Bayern Múnich", ha reconocido Paco Roig, quien fuera presidente che

Confiesa la compra de un partido del Valencia
Aficionados del Valencia en Mestalla. - Cordon Press
Alejandro SáezAlejandro Sáez 5 min lectura

Controvertida entrevista la concedida por Paco Roig, presidente del Valencia CF en los 90. Eran otros tiempos y en el fútbol español -y Europeo- había mucha caspa. Las deudas con Hacienda y la permisividad con los clubes, el pago de primas a terceros o la compra de partidos eran el día a día de aquel fútbol. Los presidentes de los clubes españoles eran de otra pasta y Roig era buen ejemplo de ello. Tan sólo hay que leer sus declaraciones en Relevo sobre lo sucedido con Rafa Mir.

Ahora, sin ir más lejos, en la misma detalla también cómo compró un partido europeo para el Valencia CF. Desgraciadamente, no le salió del todo bien y, en cierta manera, incluso acabó estafado. Hasta 2010, en cualquier caso, no se tipificó algo así como delito de corrupción deportiva, por lo que en su momento habría sido tan sólo una falta. La anécdota, en palabras de Paco Roig al citado medio, es la siguiente: “Yo quise comprar mediante un representante de jugadores de Madrid que me jodió, un enano, Torcal se apellidaba, y… Fue en un partido contra el Bayern Múnich. Me sale en el sorteo, Bayern-Valencia y me dicen allí mismo 'estará usted muy preocupado'. Y dije '¿yo? Preocupado estará el Bayern'. Con un par. Y les ganamos. Y viene el Torcal este y me dice: 'Paco, el árbitro que te ha tocado es un hijo de puta, es ruso -Nikolay Levnikov-, pero yo soy íntimo, y está arreglado, me tienes que dar tres millones -de pesetas-…’. Y yo le dije -a Torcal-, bueno, pues de acuerdo, yo te los daré al final. Y me dijo que no, que tenía que ser antes. Le doy los tres millones, sale el árbitro y a los cinco minutos me pitan penalti contra el Valencia que para Zubizarreta. Al final perdimos ese partido de vuelta creo -1-0, con gol de Ziege en el 3’- pero pasamos -al ganar 3-0 en casa-, pero mira lo que me hizo. Un hijo de puta. Con eso de comprar, tela marinera".

El penalti que recuerda Roig, en realidad, llegó en el 15’, con Klinsmann como lanzador. El Valencia, como bien recuerda el expresidente, pasó a la siguiente eliminatoria, superando al Salvia de Praga y al Besiktas después. Sin embargo, el Schalke lo acabaría eliminando en cuartos de final.

Una tema, el de los maletines y compra de partidos, que no extraña nada a Roig: "Había por aquí [en la Comunidad Valenciana] uno de mi época, que a mí me lo contaban… No me acuerdo ahora el nombre que tenía. Era valenciano. Ese compraba y vendía jugadores y dice que él era el representante del Barcelona aquí. A mi me lo contó un exárbitro. Me dijo que un día había un Barcelona-Elche y que fue él y le dijo a este exárbitro, 'oye me puedes hacer un favor, yo quiero entrar a conocer al colegiado del partido'. Decía que llevaba un millón de pesetas. Y decía: si gana el Barcelona, el millón de pelotas se lo daba al árbitro. Si pierde el Barcelona, lo devuelvo. Y si empata, me quedo la mitad. Esas cosas pasaban a lo largo de muchos años".

Una naturalidad sobre un tema tan comprometido que Paco Roig también utiliza para referirse al ‘Caso Negreira’: "Hombre. Ha salido también la mujer de Negreira con tres millones de euros, vamos a ver... Ahora, que no todo el dinero fuera a los árbitros, también puede ser. ¿Se quedaría por la mitad? Bien. Imagine que no fuera a los árbitros, que yo creo que a algunos árbitros sí, y se lo queda él. ¡Pero era el vicepresidente de los árbitros! Y le pagan 18 millones de euros y no le hacen nada, ¿me entiende? Nada. (...) Yo siempre he creído que el Madrid… A mí me decían en la época nuestra que el Madrid tocaba a los árbitros y que el Barcelona les compraban relojes Longines de oro y que todos los árbitros sabían que cuando se despedían terminaban los Longines. Eso es lo que me decían. ¿Es verdad o mentira? No lo sé".