El arduo camino del Villarreal

Tras cuatro días de descanso, el conjunto de Marcelino retoma los entrenamientos este lunes con un calendario exigente por delante: siete encuentros en tres competiciones distintas antes del próximo parón. La gestión de las rotaciones volverá a ser clave para mantener la frescura y la competitividad del equipo

El arduo camino del Villarreal
El Villarreal afronta dos meses complicados de competición - CORDON PRESS

El Villarreal regresa a la acción. Después de un breve respiro de cuatro días, el equipo de Marcelino García Toral vuelve este lunes a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva con la mente puesta en un tramo decisivo del curso. El calendario no da tregua: siete partidos en menos de dos meses, repartidos entre LaLiga, la Champions League y la Copa del Rey, pondrán a prueba la profundidad y el equilibrio del plantel amarillo.

Un calendario exigente y sin margen de error

El primer desafío llegará el próximo fin de semana ante el Real Betis, un rival directo en la lucha por las plazas europeas. Después, el Villarreal visitará Mestalla para medirse al Valencia en un derbi autonómico que siempre exige el máximo. Luego recibirá al Rayo Vallecano en La Cerámica y cerrará el ciclo de liga visitando al Espanyol.

En Europa, el reto será aún mayor. El Manchester City visitará La Cerámica en una noche de Champions League que puede marcar el destino de la clasificación, para después viajar a Chipre donde enfrentará al Pafos FC. Además, el equipo debutará en la Copa del Rey ante el Ciudad de Lucena, un compromiso en el que Marcelino podría dar minutos a los menos habituales.

En total, un bloque de partidos que exigirá al máximo al vestuario y que puede definir buena parte del futuro inmediato del Villarreal en las tres competiciones.

Rotaciones como sello de identidad

Desde que comenzó la temporada, Marcelino ha dejado claro que su fórmula pasa por la rotación constante y la flexibilidad táctica. Ningún once ha sido repetido en los diez primeros encuentros, una estadística que refleja su obsesión por mantener al grupo fresco y preparado para cualquier escenario.

El técnico asturiano ha apostado por dar protagonismo a casi toda la plantilla: solo Diego Conde y Adrià Altimira no han sido titulares en lo que va de curso. Todos los demás han tenido al menos una oportunidad en el once inicial, lo que demuestra la confianza del entrenador en su fondo de armario.

Esta gestión ha permitido que el Villarreal llegue a este tramo de la temporada sin grandes sobrecargas físicas y con una competencia interna muy alta.

La Champions, una prioridad inmediata

En el club saben que la Champions League marcará buena parte del ánimo del equipo. Con un solo punto en las dos primeras jornadas, el duelo ante el Manchester City se presenta como un punto de inflexión. Ganar en casa no solo daría oxígeno en Europa, sino que reforzaría la moral de un vestuario que necesita un golpe de confianza.

Marcelino insistió antes del parón en la importancia de “ser competitivos en todos los escenarios”, una máxima que volverá a poner en práctica durante este exigente tramo. El reto será equilibrar esfuerzos sin perder identidad ni ritmo competitivo.

Entre el 15 de octubre y finales de noviembre, el Villarreal afrontará una secuencia de partidos que pondrá a prueba su capacidad de resistencia, su fondo físico y la gestión emocional del grupo. Si el plan de rotaciones vuelve a funcionar, el Submarino Amarillo podría llegar al próximo parón bien situado tanto en LaLiga como en Europa.