El temor era fundado. La presentación de
Rubi llegaba en el momento más inoportuno, poco más de un día después de la salida de
Serra Ferrer, y la crispación que esa noticia ha generado entre los béticos sobrevolaba la puesta de largo del sustituto de Setién. Sin embargo, el modelo de presentación diseñado por el club ha servido de cortocircuito para evitar que Serra, sin estar, se convirtiera en el gran protagonista del día.
En el primer acto, palabras del presentador, varios vídeos y discursos sin preguntas que pudieran incomodar al presidente en una sala repleta de ilustres béticos. La única alusión a
Serra que ha quedado para el recuerdo en la primera parte de la presentación la ha puesto
Ángel Haro, con puyita a
Serra y azúcar para la afición: "Lo único eterno en el Betis son los béticos. El Betis está por encima de todos nosotros, de los que estamos, de los que estuvieron y de los que estarán. En el Betis creemos en el trabajo en equipo, sin personalismos".
Sin tratarse de un modelo de transparencia, es lógico que el club evite que se desvíe la atención en el primer contacto que
Rubi mantiene con los medios de comunicación, aunque para ello haya pagado el peaje de dejar sólo al técnico ante la prensa en la segunda parte del acto. El técnico ha sabido afrontar con inteligencia lo inevitable: "Manifiesto mi respeto por
Don Lorenzo Serra Ferrer. Es historia del Betis, de la buena y de la bonita. Además, es un gran entrenador. Tengo una gran relación con él. Hablamos en la reunión decisiva de mi fichaje, pero ya no he vuelto a hablar más con él".
Inteligente ha estado también en su comparecencia, lanzando una primera declaración de intenciones con la que mejora a Setién en el respeto a la afición del
Betis, en la idea de anteponer ganar partidos al estilo y en la importancia que otorga al trabajo defensivo y a la estrategia. Menos literatura, más pragmatismo y flexibilidad táctica (quiere un
Betis versátil que se adapta a lo que pida el partido).
Se le ha visto impresionado con la dimensión del
Betis, pero llega dispuesto a superar el reto: soportar la fuerte presión de un entorno que nada tiene que ver con el del
Espanyol, para el que ha tenido palabras de agradecimiento tras su polémica salida. Humilde y sencillo, ha pedido en sala de prensa que los periodistas le tuteen. Ojalá que, por su trabajo, y las victorias del
Betis, haya que dirigirse a él en los próximos meses con el tratamiento más distinguido.